jueves, 26 de marzo de 2015

¿A qué juega y qué se juega Cristina?


Esta campaña electoral 2015 vive una guerra de encuestas y operaciones cruzadas que hace virtualmente imposible creer en los sondeos. ¿Cómo puede ser que para unos Michetti arrase en intención de votos a Larreta en Capital Federal, mientras para otros hay apenas unos puntos de diferencia? No es verosímil tampoco que en algunas encuestas Scioli se ubique a decenas de puntos de Randazzo y en otras la diferencia sea tan sólo de seis. ¿Massa está primero o tercero cómodo? ¿El FPV tiene alguna posibilidad de ganar en ballotage?
Puede incluso verse sobre este fenómeno una nota en clarin, o alguna encuesta que sugestivamente no incluye la segunda vuelta en el sondeo. Por consiguiente, como no se puede confiar en las encuestas, nos vamos a manejar con lógica política, con certezas y preguntas.
Certeza #1Cristina va a ser candidata (por los fueros y para retener la conducción del movimiento).
Duda #1: ¿A qué?
  • Escenario 1: Candidata diputada al Parlasur. Cristina se aseguraría fueros y un perfil internacional. Sin embargo, una figura de la talla y consenso en la región como Cristina no podría menos que ocupar la Secretaria de Unasur, si ese fuera el perfil que ella deseara. No obstante esta opción la aleja del día a día de la política argentina, la confina en "Puerta de Hierro". Es poco probable.
  • Escenario 2: Candidata a diputada por Buenos Aires. Asegura fueros y ganar/retener la provincia de Buenos Aires. Clave para conducir el movimiento peronista, su condición necesaria es un presidente opositor en la Rosada. ¿Alguien imagina a Cristina en diputados con Scioli en la Rosada? Macri presidente, Cristina jefa de bloque de la oposición, reteniendo Buenos Aires y Santa Cruz. Muy probable.
  • Escenario 3: Cristina candidata a gobernadora de la provincia de Buenos Aires. Empezó a circular este planteo curioso (repetido por De Narváez, Hebe de Bonafini, Patricio Mussi). No porque Cristina no pudiera ocupar un rol inferior a Presidente como gobernadora, sino porque lo sería por Santa Cruz. No por nada le dicen al asiento del gobernador de Buenos Aires "la silla eléctrica" (Felipe Solá dixit) por el déficit presupuestario crónico. ¿Sería inteligente que Cristina "cambiara lugares" con Scioli y lo pusiera en la posición de retacearle fondos (como hizo ella en alguna ocasión) para asegurarse su obediencia? ¿O estar a tiro de un presidente opositor como Macri? Esta opción es delirante.

Cada vez es más claro que Cristina está trabajando para que gane Macri el gobierno y ella retenga el poder dentro de un peronismo en la oposición. La opción de una oferta popular-conservadora expresada por Scioli es, en el imaginario de Cristina, más peligrosa que un período "en el llano" del PJ, ejerciendo una oposición que recicle actores en su interior . Esta lógica condena a Randazzo a cumplir el rol de un digno sparring que esmerile a "Daniel" (nos remitimos a las encuestas de una primaria A-bier-ta, en esto todas coinciden). ¿Cómo llevaría Cristina esto a cabo? Logrando una gran elección de primera vuelta en provincia de Buenos Aires (que compense Capital Federal, Córdoba y Santa Fe) y con los diputados e intendentes ya elegidos, operar un leve boicot a Scioli para la segunda vuelta, sabiendo que el antikirchnerismo unido supera los 50 puntos.
Existe mucha ganancia en esta estrategia. Ser oposición de un gobierno macrista débil permite operar en dos planos: el ideológico y el federal. Conduciendo la primera minoría en la Cámara de Diputados, el kirchnerismo conservará poder de veto y lo usará para defender sus logros de gestión e impugnar medidas de gobierno neoliberales sobre temas como deuda externa, tipo de cambio, políticas sociales, entre otros. El clivaje será ideológico entre el modelo de desarrollo con inclusión social y un gobierno rotulado como neoliberal de derecha.
Es en el plano federal donde se jugará la batalla decisiva, con un pre requisito: que Cristina gane y retenga no solo Buenos Aires, sino Santa Cruz (hoy en empate técnico con el radicalismo). Desde Kamtchatca, Cristina podrá conducir la Mesa de los Gobernadores Peronistas, que reeditarán la lucha de Federales contra Unitarios.
Bendito seas Julián (Resurrección de Manuel Dorrego)

Cobra relevancia en esta estrategia la figura de Julián Domínguez, el hombre elegido por Cristina para gobernar la Provincia de Buenos Aires y futuro ariete contra un gobierno nacional macrista.
El perfil de Domínguez rebosa de activos: perteneciente a la generación malvinera y de lealtad indudable, fue un exitoso Ministro de Agricultura que supo desarticular la Mesa de Enlace construyendo diálogo con el sector. Íntimo del papa Francisco, cuenta con el respaldo de Roma y el voto católico. Como presidente de la Cámara de Diputados acentuó su perfil de hombre de diálogo con todos los partidos políticos.
No es menor que, a diferencia de Randazzo, Domínguez creó un anillo de dirigentes y cuadros medios en las provincias con su Grupo San Martín, entre los que destacan Bossio, Oporto, Kunkel, M.E. Bielsa, y muchos más. Desarrolló un planteo programático que incluye entre otras cosas el concepto de:
  • Industrializar la Ruralidad (haciendo eje en la producción rural pero sumando valor agregado)
  • Trasladar la capital federal al centro-norte del país (presumiblemente Santiago del Estero)
  • El proyecto Norte-Grande que implica no solo dotar de infraestructura y productividad a las provincias más pobres sino toda una visión de integración latinoamericana desde la frontera terrestre (para un misionero Córdoba es "el sur" y Buenos Aires la frontera con el ártico).
Su visión política lo coloca como "el bonaerense más amigo del interior", una especie de Manuel Dorrego del siglo XXI. Recordemos a ese federal bonaerense que luchó contra el porteño liberal Rivadavia (y su Constitución unitaria de 1826) con la confianza del interior depositada en él a un nivel tal que tenía mandato para representar a Bustos (Córdoba) e Ibarra (Santiago del Estero).
Certeza #2: La provincia de Buenos Aires es "la provincia inviable" (Jorge Asís dixit). ¿Cómo hará Julián Domínguez para gobernar una provincia inviable económicamente, que requiere el auxilio de la Nación (con Fondo del Conurbano en épocas de Menem-Duhalde, o de transferencias periódicas de Cristina a Scioli) si en la Rosada habrá un adversario político? Creando una coalición de gobernadores en pos de la reforma de la Ley de Coparticipación Federal.

El T.E.G. Federal y la salida del laberinto: por arriba
¿Qué se elige en 2015?
En Argentina el federalismo realmente existente significa que las provincias del Norte, Cuyo y Patagonia tengan encorsetadas políticamente, para que no "sobren" 20 millones de argentinos, a la locomotora económica que es la Pampa Húmeda (Córdoba, Santa Fe, Buenos Aires). Lo logran a través del Senado donde todas son iguales, imponiendo retenciones a la soja y compensando con el presupuesto nacional. El campo traccionando la economía con las exportaciones y el gobierno federal distribuyendo hacia la industria, el consumo del mercado interno y con obra pública y programas sociales hacia las provincias. No fue casual que la resolución 125 despertara mayor oposición (y rechazo electoral) al kirchnerismo en la pampa húmeda y la capital federal.
Este esquema que perduró en la última década está por mutar con la gran chance del capitalino Macri de ganar la Presidencia y porque su alianza con el radicalismo le puede asegurar ganar la gobernación de las provincias "grandes": Córdoba, Santa Fe y Mendoza.
Las elecciones generales de 2015 posiblemente alumbren un escenario con un  peronismo mermado que seguirá conservando la mayoría de los gobernadores (La Pampa, San Juan, Entre Rios, Río Negro, Formosa, Misiones, Salta) pero con un radicalismo con posibilidades ciertas de gobernar solo o con aliados seis provincias (Mendoza, Catamarca, Jujuy, Tucumán, Corrientes, Chaco). Habrá un presidente débil en la Rosada sin bases propias en el interior (salvo Santa Fe) ni mayoría propia en el Congreso; habrá un grupo de gobernadores radicales primer mandato, con una inexperiencia y sed de consolidar recursos y autonomía, que pondrá a prueba su alianza con PRO.
El kirchnerismo, que hizo el mejor gobierno en los últimos 60 años, fue unitario económicamente. Con sus políticas de crecimiento económico, distribución social y geográfica impactó mucho más en las provincias que en la Capital Federal y la Pampa Húmeda (invirtiendo recursos a través de vialidad nacional, en transporte de energía, obra pública y creación de empleo, plan federal de vivienda y programas sociales), pero eso no quita que en el reparto entre la Nación y las Provincias (coparticipación primaria) la relación fuera 70-30 en desmedro de estas últimas, la más regresiva en mucho tiempo. 
También es cierto que la situación de la provincia de Buenos Aires es particularmente desfavorable ya que si bien produce 40 puntos del PBI, recibe tan solo 20 en coparticipación. Tal vez esta situación fuera justa si no existiera el conurbano con su carga de desigualdad social. La inequidad en los subsidios (¿Cuánto paga el colectivo un porteño, un cordobés y un tucumano? ¿La luz, el gas?) es la otra cara de la moneda, forma parte de la misma discusión.

Mapa de coparticipación impositiva

Si la coparticipación primaria es injusta, la coparticipación secundaria (lo repartido entre las provincias del monto que cede la Nación) es directamente un nudo gordiano, por no decir una bomba política. ¿Quién va a querer resignar puntos de coparticipación de su provincia? ¿Que gobernador puede sobrevivir electoralmente a eso? ¿Que provincias tienen derecho a ganar y cuales a perder? El mecanismo fijado por la Constitución para elaborar una nueva Ley de COparticipación federal es que dicha ley debe ser refrendada por cada una de las Legislaturas provinciales, casi un imposible.
La única solución políticamente posible es en detrimento de la nación, que la nación ceda puntos frente a las provincias. Deberán fijar entre ellas criterios objetivos y explicitos (un ejemplo sería el porcentaje de población con necesidades básicas insatisfechas por provincia, o el porcentaje de infraestructura básica sin desarrollar). ¿Qué mejor oportunidad histórica que un gobierno nacional inexperto, débil por no contar con mayoría legislativa en el Congreso ni gran número de gobernadores propios, que no es peronista, ni radical?
Cristina busca así rediseñar el sistema político argentino, conformando un bipartidismo sobre ejes ideológicos y geográficos donde se enfrenten Nacionales, Populares y Federales versus Neoliberales de la Pampa Húmeda.

jueves, 19 de marzo de 2015

Kirchnerismo: Todo o Nada

Aníbal Fernández dice que Néstor y Cristina no recitan peronismo, lo practican. Hay una vieja máxima del General que reza: <con los dirigentes a la cabeza, o con la cabeza de los dirigentes>. Eso es justamente lo que va a hacer Cristina, ir al frente, revalidarse como conductora.
A esta altura del partido ya no tenemos dudas: si Cristina va de primera diputada por la Provincia de Buenos Aires, apuesta a que gobierne Macri. Es muy distinto un bloque de diputados que le responda a ella como ex presidenta, líder de la fracción mayoritaria del movimiento frente a un Presidente peronista; que un bloque que le responda a ella como jefa de bloque frente a un Presidente peronista. En el primer caso habría un frontman tipo Rossi, una válvula de escape, márgenes de negociación sobre espacios y leyes. En el segundo caso no: Cristina no va a tener jefes.
Con el pacto UCR-PRO, nacido de la Convención de Gualeguaychú, que logra unir al antiperonismo (¿logrará Sanz "volcar el padrón", el aparato radical, y ganar en la interna o se lo comerá el voto independiente macrista?) y la confirmación de Julián Dominguez como candidato a gobernador de la Provincia de Buenos Aires, todo va cerrando. Porque habrá segunda vuelta y es imposible que en esa instancia el kirchnerismo gane.
Si Buenos Aires es "un país dentro del país", y al país lo va a manejar el antiperonismo, es claro que "La Provincia" será el mascarón de proa de la confrontación. Y es por eso también que Cristina ira de candidata a diputada por Buenos Aires, porque esa lista tiene que ganar y por mucho. El único peligro real de esta estrategia era que Massa "baje" a ser candidato a gobernador, porque le gana a cualquiera. A cualquiera menos a Cristina. Negro futuro el de Massa que se queda así sin la presidencia y sin la gobernación.
Ni Alfonsín ni Menem bajaron a la trinchera luego de sus presidencias. Se quedaron sin proyecto y prefirieron el exilio dorado del Senado. Solo Néstor tuvo la humildad militante de ser diputado luego de ser presidente, sabiendo que no era solo un diputado: era el jefe del movimiento. Cristina seguirá ese camino, por eso su celo por controlar las listas a legisladores nacionales y su deber de re legitimarse con votos propios en el movimiento y sintetizar lo que deja tan al descubierto: gobernadores que tendrán a un extraño en la Rosada, sindicatos que adivinan el fin de la era de oro. 

Madurez de la Democracia Argentina
La política necesita de la épica, el idealismo, la dimensión de lo heroico, la lucha por la justicia para poder convocar a las masas a ejercer su ciudadanía. Excederse lleva al maniqueísmo de "buenos contra malos" y a la ruptura del pacto democrático: si gana el otro, todos moriremos (Alex Freyre dixit). No hay adversarios, sino enemigos; y el sufrimiento del pueblo que se derivaría de su victoria habilita moralmente la intolerancia o la violencia política. Se pierde de vista la ley de las mayorías: el voto. La legitimidad de los mandatos constitucionales y la verdad electoral: a laburar en la construcción de nuevas mayorías.
Por eso siempre es deseable que un oficialista le pueda pasar el bastón de mando a un opositor, en una transición ordenada y pacífica. Es un signo de madurez democrática, la famosa calidad institucional. Punto para Alfonsín, punto para Menem. 
También es deseable que un peronista le pueda pasar el bastón de mando a otro peronista. La realización del viejo lema: primero la patria, después el movimiento, luego los hombres. Sin tiros. Solo vi esa grandeza en Cafiero
La legitimidad en la política democrática la dan los votos, no la ideología. Para ser votado hay que ser candidato, poner la cara. La constitución prohíbe repetición de candidaturas al máximo cargo, pero no ser candidato a otro cargo menor. 
Al país le va a hacer muy bien esto. Los dueños de Argentina y la clase media que quiere ser como ellos se expresarán democráticamente como partido luego de cien años. Ciudadanos acostumbrados a perder electoralmente y con cierta sensación de opresión, sentirán lo que es ganar en un juego limpio. Ser mayoría. La estructura federal del partido radical y el liderazgo popular de Macri garantizarán la gobernabilidad. Se recompone por fin el sistema de partidos argentino (si la UCR usará esa táctica para regenerarse estrategicamente y construir un liderazgo genuino -¿uno de los gobernadores que ganarían en 2015?-; o si Macri la fagocitará al menos partiéndola y llevándose un pedazo, no nos interesa por ahora). Habrá por fin una oposición tenaz pero responsable y constructiva, el FPV conducido por Cristina, que controlará al gobierno desde el Congreso sin apostar a la ingobernabilidad. Evitará con mayoría en la Cámara baja (y tal vez en la Alta también) decisiones estructurales perjudiciales para la Nación, sin jugar ni a la montaña ni a la ruleta rusa. Se acortará la bipolaridad argentina, el péndulo.
Esto beneficiará enormemente al kirchnerismo que luego de 12 años de gobierno necesita la oxigenación de la historia. El General Perón necesitó 18 años de gobiernos entreguistas y represores para que los hijos de quienes lo derrocaron lo revalorizaran favorablemente (fenómeno que pudo apreciarse con mayor potencia en los ámbitos universitarios), lo que constituyó el aporte generacional de masa crítica que le permitió volcar la balanza de las mayorías a su favor y concretar el ansiado regreso. Alguna apuesta generacional sobrevuela detrás de esta táctica y 2019 puede ser el fin de un mal gobierno, en el marco de un elenco dirigencial renovado a nivel de gobernadores y sindicalistas, que corone el arribo al poder de una generación ex joven ya fogueada.
La política no se hace en el aire y siempre debe compararse un gobierno "en tiempo y espacio". Europa y sus crisis quedan muy lejos y los ecos de 2001 ya se han apagado (y pagado con las victorias electorales de 2007 y 2011). Al kirchnerismo empiezan a compararlo contra él mismo, y sale perdiendo. Es hora de que lo extrañen.

miércoles, 11 de marzo de 2015

¿Qué significa "el candidato es el proyecto"?

¿Qué define el Proyecto?
El candidato es el proyecto, ok. ¿Qué significa eso?
¿Que quien sea el próximo titular del ejecutivo sea valiente frente a las corporaciones? ¿Que avance, siempre avance, en la profundización? 
El conductor tiene el privilegio, por su intuición política, de marcar los tiempos para desatar los conflictos. Néstor en 2003 pactó con algunas corporaciones, para poder enfrentar a otras, según la correlación de fuerzas del momento. Todo lo demás es progresismo en su versión light, trotskysmo en su versión dura. ¿Se debe creer en la revolución permanente o hay momentos de cuidar lo logrado, reagrupar desde posiciones ventajosas, superar el desgaste, esperar coyunturas que permitan mayor avance? Pensar que la correlación de fuerzas política obedece siempre a ir para adelante es ingenuo. Hay ciclos en que se hace necesario dar respiro a las bases-votantes (que no quieren lucha siempre, ni siempre están en condiciones de ganar la disputa -algo que un conductor debe garantizar sí o sí, ya que según Peron es un constructor de éxitos-). Hay todo alrededor en América Latina un ciclo de reformas radicales (jacobino) que se cierra y uno de reformas moderadas (o conservar lo logrado) que se abre. Con más continuidad que cambio, pero con fuertes matices de estilo, de temas en agenda, de ímpetus internacionales. 
¿Se va a privar el frente nacional de brindar un candidato conservador popular, que garantice las conquistas sociales, a falta de una oposición seria?
Si Scioli se kirchnerizó por el efecto del 1M debe ponerse en duda si se entiende "kirchnerizar" como una fidelidad discursiva que anula la mínima autonomía política, en un exceso de verticalismo. Esa actitud mata la potencia electoral propia, algo de lo que puede dar fe en mayor o menor medida todo Unidos y Organizados. ¿Fortalece al proyecto que no se construyan referencias electorales y que todo dependa del derrame de popularidad de Cristina? ¿Por qué "no andan" candidatos como Rossi o Urribarri? ¿Tener iniciativa propia es traición? A veces, la valentía de ir en contra de la opinión pública define a un no-oportunista. Scioli ya soportó esa presión en 2008/2009. Massa opina con las encuestas en la mano. Si la estrategia de polarización con Macri define los campos del peronismo y el antiperonismo, naturalmente se estrecharán los márgenes de acción de ese no-lugar llamado Frente Renovador. Esa ambulancia, que mezcla heridos ex kirchneristas con radicales pragmáticos, ve que la ancha alameda es cada vez más angosta.
Ahora pensar que porque Pinedo "haga la V" en el Congreso cuando Cristina lo nombra, o porque lo vean comiendo en "Peron-Peron" hay una kirchenirzación del macrismo, un plegarse al imaginario del modelo, a los usos discursivos y programáticos es delirante. El kirchnerismo no va ganando, no le esta haciendo hablar al adversario su idioma. Eso es autoengaño. Si puede plantearse como más significativo que Macri siempre  estuvo abierto al peronismo incorporando jefes territoriales como Ritondo y Santilli. Lo único que hará que el kirchnerismo vaya ganando es un correcto manejo de la economía que brinde suficientes expectativas a futuro, mezclado con una real posibilidad de optar por una versión conservadora de continuidad que se ajuste al reflujo popular y a la nueva etapa que se abre en el contexto regional.

Líneas maestras constantes adaptadas a coyunturas distintas vs falopa cultural

¿Al proyecto lo define lo programático? Plantear eso es irreal. Si Néstor hubiera dicho en 2003 todo lo que iba a hacer, se habría aislado. Habría juntado a todos los enemigos de la reforma enfrente suyo. Por eso lo chamuyó a Duhalde haciéndole creer que confirmaría las leyes de impunidad. Es más propio del kirchnerismo apuntar hacia una dirección ("las convicciones que no quedan en la puerta de la casa Rosada", "las tres banderas peronistas", elija usted) e ir tocando fondos, lo cual significa que se mantienen esquemas de alianzas y situaciones hasta que la realidad impone la reforma. Con las nacionalizaciones de AySA y el Correo Argentino fue así. Con las AFJP y con la Ley de Medios fue así. Con Aerolíneas e YPF fue así. Eso no desmerece las reformas, pero evita el engaño.  
Néstor, como Perón, sabía lo que había que hacer en el gobierno. En 2003 eso era acabar con el condicionamiento de la deuda, mantener un cambio competitivo para hacer crecer la economía exportando desde el campo, fortalecer con retenciones y subsidios un mercado interno reindustrializado que diera empleo a los trabajadores; eliminar la amenaza política que era la espada de damocles de una Corte Suprema menemista. El resto fue devenir, política. 
Si la lealtad se mide en base a una nula autonomía táctica respecto de la conducción estratégica, el candidato debería ser una marioneta de Cristina, más que el proyecto. El candidato será eso, o alguien que sintetice todas las contradicciones del movimiento, todos los intereses y expectativas de los distintos actores que componen el frente nacional y popular. El que gana conduce, el que pierde acompaña.
Llama la atención la falta de una segunda línea, de un anillo de dirigentes medios del Flaco Randazzo (su Grupo Calafate, digamos). No es ni bueno ni malo, es un hecho. ¿Realmente es lo mismo Scioli que Macri? No seamos macartistas, sectarios ni excluyentes.
Evolucionar con los tiempos, sintetizar
Muchos creen que se descubren viejos kirchneristas de la misma forma que se descubrían antes viejos peronistas: se animaban a putear al viejo (siempre desde adentro, claro). Y el viejo, muchas veces se equivocó. Cuando se peleó con la Iglesia se equivocó. Y el voto en blanco durante la resistencia no siempre le hizo caso. Lo obligaba a tener el oído pegado al suelo, a ser muy intuitivo a miles de kilómetros del humor social, las predisposiciones a la lucha o no, los tiempos políticos. Néstor apretó de más en la 125, Cristina se equivocó con Insaurralde. Son humanos, falibles. La intuición popular no, porque aunque muchas veces no sabe lo que quiere, siempre sabe lo que no quiere.  Algunos se preguntan como le iría al kirchnerismo si reduce las opciones a una oferta jacobina, maniatada o un regreso al neoliberalismo.
Si las enseñanzas de Néstor fueron nunca irse del PJ, aún siendo minoría; gestionar bien (que te cierren los números con la gente adentro) y apabullar al adversario con iniciativa política ¿Cómo puede ser que se condene la iniciativa política, la autonomía táctica, como deslealtad? 
El próximo presidente, si es compañero, deberá contar con margen de maniobra, con autonomía. Lula dejó ser a Dilma.

lunes, 9 de marzo de 2015

Delirios de 678, el escenario porteño y la convención radical


El domingo 678 llevó como invitado a Aníbal, que como siempre descolló. Lo que sorprendió fue un zócalo que decía algo así como: "Macri y Massa se kirchnerizan luego de la fiesta popular (1M) y las encuestas". Ya se ha escrito en este espacio Contra el 678ismo pero es necesario el guardarrail del pensamiento nacional para no irse al pasto con las curvas que Gvirtz le quiere hacer comer a la militancia. ¿Ahora resulta que una plaza llena y las encuestas kirchnerizan a Massa y Macri? Toman de boludos a su audiencia, subestiman al adversario del kirchnerismo y no esclarecen, confunden. Si fuera así ¿Qué problema habría con ir a segunda vuelta? ¿En serio una plaza puede tener ese efecto? Está bien que hay una guerra de encuestas y no se sabe bien si Massa está primero o tercero, pero todas dan a Macri creciendo, primero o segundo. Que cada tanto tire flores al peronismo como tradición política (y al Perón de los empresarios nacionales, el del Congreso de la Productividad de 1954, ninguna ingenuidad la referencia) o lo cierre al Lole Reutemann no lo kirchneriza en absoluto. Vamos de vuelta: hay un 40% de compatriotas que detesta al peronismo/kirchnerismo y un 30% fluctuante (con simpatizantes ocasionales y ultra críticos ocasionales), aparte del 33% del núcleo duro oficial. 
No sirve confundir el fenómeno de las elecciones de 2011, donde sale segundo Binner porque efectivamente era el candidato más kirchnerizado (había votado Ley de Medios, Matrimonio Igualitario, estatización de Aerolíneas) con el escenario actual. No sirve confundir los deseos con la realidad. Guarda que de tanto forzar la maquina no terminen llevando a Pettinato para salvar 678...

El cierre porteño

La novedad de la pre candidatura a jefe de gobierno de Mariano Recalde deja mucha información para procesar. Más allá del relevo generacional que implica respecto de Filmus y la opción por el núcleo duro ("uno bien propio"), quedan cosas en el aire. La primera es saludar que en el lugar donde tiene un despliegue territorial efectivamente significativo, con cuadros medios y bases en todos los barrios, La Cámpora corone con un candidato genuino. No es un dedazo que no se corresponda con la realidad, hay acumulación de fuerza, hay derecho a estar en la mesa, se pechea con avales. También se destaca que, en línea con la designación de Wado en la Secretaria de Presidencia, se sigue privilegiando al ala más pragmática de la organización (la que tiene cargos en el PJ, la que no veta a Scioli). Y acá hay un derrotero. Desde Cabandié candidato, jefe de bloque, referente y conductor de la organización en capital; pasando por el Cuervo y su intervención del bloque (con Pablo Ferreyra, Penacca y Pokoik que respondían a él, pero manteniendo las formas con Gabriela Alegre como jefa de bloque) hasta llegar a Recalde. ¿Es una expresión de la correlación de fuerzas al interior del despliegue territorial de la organización? No. Ni en universidad ni en secundarios la línea Recalde hizo avances significativos, jamás ganó ni un centro. Tampoco cuenta con el mayor número de básicas "propias". Sin embargo sí cuenta con la mayoría de los cuadros técnico-políticos. Funcionarios, digamos. La línea Wado-Recalde (que es lo mismo) ha ido colonizando espacios como el Ministerio de Justicia (Julían Álvarez), Telam (Santiago "Patucho" Alvarez), la gerencia de noticias de Canal 7 (Carlitos Figueroa), la Secretaria de Cultura (Franco Vitali),  la Secretaria de Comunicaciones (Norberto Berner) y así. No son tecnócratas, patean los barrios. 
El perfil de Mariano es bueno para la capital. Universitario, abogado laboralista, con la denuncia de los tickets canasta como bandera de honesto y la gestión de Aerolíneas para mostrar. Pero tanto Macri como Clarín construyeron un imaginario de ineficiencia, amiguismo y derroche en relación a la recuperación de Aerolineas: los ataques vendrán desde ahí.
Sin embargo sorprende la multiplicidad de candidatos y los lugares asignados en la lista unificada. ¿Sabbatella no puede definir un liderazgo para Nuevo Encuentro en la ciudad? Se le dio lugar a la interna Heller-Cerrutti y se le sigue dando espacio a Ibarra. Algunos pensaron que cuando Néstor sedujo a Heller en 2009 le había robado al segundo y la estructura (Credicoop) a Ibarra, lo que lo volvía prescindible ¿Sigue midiendo 5 puntos? ¿Tanto se lo necesita? ¿No es más contundente su imagen negativa? Es el viejo dilema de la capital federal: ¿peronismo o progresismo? Si el espacio (los votantes) que supo tener la UCR se lo fagocitó el PRO, también tendrá que acabarse en algún momento esta lenta agonía del ibarrismo y satélites. Construir un perfil peronista, abierto pero no conducido por una centroizquierda, con anclaje en el sur de la ciudad. En cuánto a la disputa con Scioli y la baja de la candidatura de Marangoni, nos remitimos a esta nota de LaPolíticaOnline. El final es delirante, pero hay párrafos ciertos, como éste:
Cristina entendió en el aire el desafío que le planteaba Scioli con la postulación del correcto presidente del Bapro, Gustavo Marangoni (...) Lo que se abría, era la primera instancia real de competencia entre el peronismo clásico que se está alineando con Scioli y el proyecto personal de Cristina, La Cámpora (...) Si Scioli derrotaba con Marangoni a La Cámpora, en el único distrito en el que esa organización tiene alguna base territorial seria, el mensaje al peronismo de todo el país hubiera sido contundente: Surgió un nuevo líder.
La interna de los Sillazos
Por último la Convención Radical del sábado próximo en Gualeguaychú, Entre Rios, definirá en gran parte el panorama de la competencia electoral. 
Ya se repasó en otro post (El dia que la UCR se transformó en la niña bonita) los movimientos de Massa y Macri para copar la estructura radical via acuerdos provinciales.
Si el eje Sanz-Carrió-Macri logran poner la estructura radical al servicio del liderazgo en intención de voto de Mauricio, la opción del antiperonismo está firme. Alfonsín jr y el radicalismo bonaerense, que saca 15% y cuyos intendentes del interior de la provincia están todos con Massa, imaginan un progresismo de centroizquierda en la tradición radical que no existe y los condenará a un fracaso nacional de la mano de Cobos. No vaya a ser que cuando terminen de volar las sillas y se corte la música se queden todos parados...

martes, 3 de marzo de 2015

¿La Plaza de la ofensiva?


La Plaza llena de la apertura de sesiones 2015 fue una demostración de muchas cosas. Por ello, más allá de la especulación sobre su número final de asistentes, a la que no nos sumaremos, nos interesa deglosar sus múltiples significados de cara a la etapa que se abre.

Contexto Internacional
Todos supimos (incluso la oposición) que la acusación de Nisman a la Presidenta y al Canciller era un bluff. Una opereta donde se entremezclaban intereses geopolíticos e internas del aparato de inteligencia. La trágica muerte de Nisman, si bien no nos corresponde especular si fue suicidio o asesinato, puede decirse que fue consecuencia política de esa denuncia descabellada. Que fue desmentida por Interpol, y donde no se verificaron los indicadores propuestos (importación de crudo iraní -imposible de refinar en el país- y nulo incremento del intercambio comercial con Irán).
Sin embargo, hoy vemos que simultáneamente se produce el asesinato de un opositor a Putin en Rusia, al que más allá de que se compruebe o no que lo haya mandando a matar el gobierno, se lo adjudicarán en la opinión pública. Y a Dilma le intentan un juicio político sobre la base de los casos de corrupción en Petrobras. O sea, no encanar a los funcionarios corruptos: destituirla a ella.
Digamos que la Embajada está activa, hay escenarios de desestabilización.

El 18F 
La muerte de Nisman actuó como aglutinante de una oposición políticamente fragmentada. Por eso salieron a la palestra los fiscales como punta de lanza de la convocatoria del 18F. Un poder judicial que ya resistió su reforma en 2012/13, que se sabe en la mira de las reformas kirchneristas. Que fue provocado discursivamente con la amenaza de pago de ganancias y en los hechos con la reforma del código procesal penal, que le dio mayor poder a los fiscales y al Ministerio Público. Una famiglia judicial que no soporta una corriente interna de jueces y fiscales reformistas como Justicia Legítima, y cuyos lazos con el poder económico, militar, eclesiástico y mediático nunca fue ningún secreto. La reforma de la ex-SI fue el detonante de ese entramado, y el punto de largada de la estrategia que puso en papel Moralés Solá en el diario La Nación: fin de mandato con causas, imputaciones y procesamientos cada 15 días o un mes. Siempre fue así, esta vez será peor que nunca.


¿Pero quién capitaliza electoralmente la masiva marcha del 18F? La oposición no puede traducir toda esa potencia callejera, de opinión, en un liderazgo, en una única opción político-partidaria. Siempre llenaron la plaza los antiperonistas, en 1945 con la Marcha de la Constitución y la Libertad; en 1955 en la asunción de Lonardi. No es nuevo. Pero la desaparición del Partido Militar y la implosión del Partido Radical en una liga de intendentes complica sus perspectivas de éxito. 

El Discurso de Cristina
Cristina, muy hábilmente, sitúa a Macri como contrincante principal. De este modo desinfla el falso peronismo de Massa y el falso progresismo de centroizquierda de UNEN. En su discurso, Cristina dio una clara señal hacia Randazzo con la estatización de los trenes. Hubo un guiño ahí. También con la frase "voy a volver acá a debatir". Va a ser candidata. A diputada nacional por Buenos Aires seguramente, ya que no se eligen senadores ni en Santa Cruz ni en Buenos Aires en 2015. Ello profundiza la táctica del reloj de arena que se viene escuchando (ancho arriba y abajo, delgado en el centro) que implica internas para presidente e intendentes pero lista única para legisladores nacionales. También agrega el factor fueros en un país donde casi todos los ex líderes políticos terminan presos o en el exilio. Un gladiador necesita espada, pero también escudo.
Sin embargo y a pesar de la visibilización del Partido Judicial como quien tendrá en sus manos la ofensiva contra el gobierno durante la campaña, ¿Cómo reaccionará el gobierno? Es claro que el kirchnerismo en su máximo poder (2012) no logró la reforma judicial. No logró crear un estado de opinión, no logró persuadir a las mayorías como sí lo hizo en la Ley de Medios. Tal vez la inflación, ganancias, la inseguridad, Once, el fantasma de la Re-re y todo lo que desembocó en Massa hiciera de ese no-debate una cuestión superestructural, ajena a los intereses de la gente del llano. Lo cierto es que lo que no se logró cuando la correlación de fuerzas era mejor, no sería sensato plantearlo en circunstancias peores. Quiero decir: se demostró que la justicia tiene un factor simbólico aglutinante de la oposición. 
Néstor&Cristina le enseñaron a la clase política de este país cómo se gobierna, con coraje frente a los poderes concentrados, hasta el último día de mandato. Y a los peronistas, que no es imposible controlar el aparato hasta el fin del mandato. Es cierto que ello se debe a la mayoría en ambas cámaras y al presupuesto que controla la Rosada y que no controlan las provincias (más allá de que las políticas públicas reparadoras se derramen en ellas con gran intensidad). También es cierto que Néstor&Cristina se valieron de iniciativas políticas (leyes) para obligar a definirse ideológicamente a la oposición y así dividirla y fragmentarla.
Pero más allá de todo esto ¿Esta fue una plaza de la ofensiva? Lo distintivo de esta marcha no fue su número (hubo muchas así, también en Plaza Congreso) sino su sentido de la oportunidad: fin de mandato y luego de Nisman-18F. Fue una plaza del empate, del fin de la iniciativa ajena. Del empardemos y largamos, diría Jauretche. Por eso el peligro de entusiasmarse por demás con la energía colectiva, de sobredimensionarla en términos políticos, de engañarse en la correlación de fuerzas. Hay que estar más atentos y humildes que nunca, no subestimar al adversario.


Todo pinta que será Macri el candidato del antiperonismo y que las opciones intermedias perderán potencia electoral. Frente a él, tanto Randazzo como Scioli (que será conservador popular, pero no traicionó en 2008 y 2009 cuando nos tenía a su merced) se recortan nítidamente. La plaza llena demostró que no hay nadie que sintetice los intereses de los diversos integrantes del frente nacional como Cristina, lo que seguramente signifique que su liderazgo trascenderá a pesar de quién ocupe el ejecutivo, tal como sucedió con Lula en Brasil. Resta saber si Cristina podrá inventar un candidato de la nada, como hizo Lula con Dilma (y ella misma con Insaurralde), transfiriéndole conocimiento público e intención de voto, o deberá apelar a quién más sintetice las contradicciones del movimiento (sindicalismo, gobernadores, intendentes, organizaciones sociales, clase media con pensamiento nacional) después de ella, que no puede ser candidata. 
Probablemente esa llave la tenga la evolución de la economía y la capacidad del Frente para la Victoria de recorrer la distancia que media entre un 33% hasta el 45% de los votos (o 40% + 1, con 10 puntos de ventaja sobre el segundo) y evite una segunda vuelta, donde pierde seguro. Deberá sumar a esa gente suelta, ese voto volátil, que suele votar kirchnerismo en las ejecutivas y antikirchnerismo en las legislativas. Sólo con ese plus continuará el proyecto. El peligro es creer que esa gente estaba en la plaza. No estuvo en ninguna de las dos. Sin ellos se gobierna, pero no se ganan elecciones. Estamos empatados, bancamos su ofensiva. Si se abre una etapa expansiva no será ni con núcleo duro, ni con aparato. Será con política.