miércoles, 9 de septiembre de 2020

Berni, la policía te vino a buscar

 


Una nueva protesta de la policía bonaerense puso en vilo al país y en estado de paranoia al gobierno bonaerense. ¿Es un reclamo netamente salarial o busca desestabilizar al gobernador Kicillof?

El desconcierto fue profundo por la sorpresa absoluta de la masiva medida, a pesar de que los uniformados venían avisando a través de las redes sociales de sus organismos de representación sindical sin personería gremial. También lo revelaron distintos ex funcionarios bonaerenses como Florencia Arietto, que reveló que había malestar en la fuerza que eclosionaría en días.




Sin embargo es auto engañarse tomar eso para sostener que la oposición impulsó el reclamo. Que busque fogonearlo, amplificarlo para dañar al gobierno provincial y capitalizarlo políticamente es otro cantar.

Las razones del malestar

Hay tres razones estructurales que explican la acumulación y explosión del malestar policial. Dos son responsabilidad del gobierno de Maria Eugenia Vidal, una de Kicillof.

Cambiemos prometió equiparar los sueldos de la policía bonaerense con los de la policía de la ciudad. No cumplió. Esa frustración explica por qué los voceros de la protesta como el ex subjefe Barata o el mismo Luis Tonil (presidente de la Defensoría Policial) hablan pestes de la ex gobernadora Maria Eugenia Vidal.

También fue Cambiemos el que devaluó sin parar el peso, disminuyendo el salario real y el poder adquisitivo del salario. ¿Entonces por qué protestan ahora? Las devaluaciones y los desengaños comparten algo en común: siempre se "sienten" después, una vez que el engaño fue consumado.


La protesta eclosiona ahora por el factor del que es responsable -pero no culpable- Axel Kicillof: la cuarentena por la pandemia mundial de Covid-19. 

En todas las provincias los trabajadores más afectados fueron los del sistema sanitario y la policía, que es la que hace cumplir la cuarentena. Su trabajo se multiplicó y su sueldo no.

Por eso hubo protestas en Misiones -que lo resolvió aumentando un 50% el sueldo de los uniformados- y Catamarca.

Especificidades

Es innegable que el caso aún no resuelto de la desaparición y muerte de Facundo Castro y la crisis por toma de tierras incidieron en el clima ambiente previo a la manifestación policial.

El primero volvió a poner en el banquillo de acusados -que en Argentina suele ser el mismo que el de condenados, al menos mediáticamente- a la fuerza, de un pasado tan oscuro que torna inmediatamente verosímil una acusación por desaparición forzada de una persona.

En este caso sin embargo la justicia aún no imputó a ningún uniformado y el ministro de Seguridad Sergio Berni (y por ende el gobernador Axel Kiciloff y Cristina Fernández de Kirchner) optaron por no apartar a los agentes, basados en el principio de presunción de inocencia. Algo que los uniformados movilizados destacan.

La crisis de toma de tierra revela la contradicción interna entre un ala permisiva, encarnada en la ministra de Seguridad Frederic y los movimientos sociales expresados en el Chino Navarro y Grabois, que reavivan la tensión entre los garantistas y los punitivistas, que los uniformados interpretan como un "siga, siga" a la delincuencia.

El raid mediático de Sergio Berni en relación a ambos temas exacerbó su perfil siempre alto, en un momento donde el respaldo a la fuerza y la mística del orden que encarna el Ministro no alcanzaron para conducir a una tropa empobrecida hasta el límite.

Poner los puntos

El pliego de reclamos de los uniformados es una evidencia de lo apolítico -apartidario si se prefiere- del "planteo" policial. Aumentos segmentados de salario según categorías, aumento de las horas extra (Core), plan de viviendas, que la tropa no pague sus insumos (chalecos, uniformes, balas, combustible del patrullero) son todos reclamos extremadamente sensatos.


Si bien especular sobre qué porcentaje de aumento se debería dar -atendiendo a que es segmentado por escalafón- es impreciso, en el sentido que no se da lo que corresponde, sino en base "a lo que hay para dar" (recursos disponibles realmente existentes), es claro que el 60% que pide la policía responde a la táctica de pedir el doble para que te den la mitad. En ese sentido, un aumento del 40% debería cerrar esta "paritaria", si se retocan los ítems adecuados (horas Core).

Pero hay un solo ítem que los uniformados aclararon que no negociaran y es la no sanción de los agentes en funciones que participaron de la manifestación. Es un tema sensible, porque es de estricta ilegalidad, razón por la que no existe un sindicato policial: los agentes en funciones no pueden hacer huelga.

Este punto tampoco debería ser insalvable, si se recurre a la astucia necesaria para gobernar. Se levanta la protesta sin sanciones. Se sanciona con una purga diez meses después, con las brasas apagadas.

¿Adiós Berni?

Lo insólito puede ocurrir: mientras todos pensaban que Sergio Berni caería por izquierda (arrastrado por el caso Facundo Castro) es posible que caiga por derecha con la rebelión de la fuerza que falló en comandar. Vale decir por ineficaz en los términos en que él mismo lo plantea.


Falló en conducirla porque privilegió lo simbólico (arengas, defensa y jerarquización mediáticas) por sobre lo material concreto, que es el sueldo de la tropa. Por eso la gota que derramó el vaso fue el anuncio del plan de seguridad que agregaría tropa y equipos a una fuerza pauperizada.

Los cuatro mil pesos de aumento de principio de año y no haber anunciado un porcentaje concreto al prometer un nuevo aumento no logró desactivar la protesta. Una protesta que Berni no vio venir y ahora es su peor pecado y causal de despido. Despido que es incierto, porque no se debe subestimar la capacidad para no retroceder de Cristina.

domingo, 19 de mayo de 2019

La promesa de Alberto Fernández: verdad o consecuencia


Por Santiago Costa

¿Por qué Cristina Fernández de Kirchner designó a Alberto Fernández como el candidato del kirchnerismo a presidente?
Sin habitar la mente de la ex presidenta aún puede delinearse, en base a potencialidades y límites estructurales, qué garantiza y qué puede aportar Alberto Fernández como cabeza de la fórmula presidencial.
Socios
El ex Jefe de Gabinete de Néstor Kirchner tiene una particularidad que ningún otro ex funcionario del kirchnerismo posee: él fue socio político del ex presidente, no empleado.
Alberto Fernández fue la tercera pata (desde años antes, con elGrupo Calafate) de la mesa chica kirchnerista modelo 2003. Fuequien le abrió al gobernador sureño sus contactos políticos, judiciales, económicos, mediáticos, eclesiásticos, sindicales en la capital federal.
Esa sociedad voló por los aires en 2008 por el conflicto con el campo, madre de “la grieta” social y la incipiente ruptura peronista, que tomaría carnadura recién en 2013 con el massismo.
Allí recaló Alberto Fernández después de su eyección en 2009 del kirchnerismo, mal acusado de operador de Clarín en el gobierno, cuando Néstor Kirchner aplicó la vieja máxima del verdugo que decapita al verdugo.
Su también ex Jefe de Gabiente fue extremadamente crítico del segundo gobierno de Cristina Fernández, como también lo fueron Felipe Solá y Hugo Moyano, hoy todos “amnistiados” en el universo kirchnerista frente al adversario común en el gobierno. Nadie puede arrojar la primera piedra.
Alberto Fernández se reconcilió con la ex presidenta después de haber apostado por Sergio Massa en 2015 y por Florencio Randazzo en 2017. Se acercó en 2018 a la ex presidenta (en un contexto de debilidad) y por su habilidad política logró transformarse en su principal consejero y operador político.
Mensaje de texto
El mensaje de la ex presidenta intenta subsanar errores del pasado con un “acto de responsabilidad ciudadana” muy concreto con un “primero la patria”: ella ocupará un segundo plano.
Cristina Fernández cree que se requiere de un candidato que pueda construir una coalición sociales y políticos, y económicos también, no sólo para ganar una elección, sino para gobernar…una Argentina que se encuentra en una situación de endeudamiento y empobrecimiento peor que la del 2001″.
El programa de gobierno del neo kirchnerismo o “nuevo contrato social no es más ni menos que la búsqueda de una mirada práctica que genere una base de orden”. Para eso Alberto Fernández tiene las cualidades para “decidir, organizar, acordar y buscar siempre la mayor amplitud posible del gobierno”.
La promesa
Cristina Kirchner será el yunque en que descanse la fórmula: ella garantiza el 35% de votos piso del kirchnerismo.
Alberto Fernández tiene una doble misión. La primera es tender puentes y acordar alianzas con los gobernadores de Alternativa Federal (ocho ya celebraron la fórmula) y en caso de no poder acordar (Córdoba, Salta) interpelar a sus electores para sumar el voto peronista no kirchnerista.
El neo kirchnerismo necesitará ganar la provincia de Buenos Aires (en alianza con el massismo), todas las provincias federales pequeñas (las patagónicas, las del noreste y noroeste) y hacer elecciones dignas en Córdoba, Santa Fe y Mendoza.
Para eso Alberto Fernández debe explicar esta frase del mensaje de Cristina: “no se trata de volver al pasado ni de repetir lo que hicimos del 2003 al 2015 -y de lo que más allá de aciertos, críticas o errores nos sentimos muy orgullosos-, pero el mundo es distinto y nosotros también”.
La segunda misión de Alberto Fernández es, con su tono pausado, convocar a todo el voto políticamente antikirchnerista, pero económicamente defraudado por Cambiemos, a un gobierno de reconstrucción al que Cristina Fernández alude constantemente.
Verdad o consecuencia
Con la designación la ex presidenta reconoce que con ella sola no alcanza. Tal vez sí para ganar las elecciones, pero no para crear una coalición lo suficientemente amplia como para gobernar con éxito.
Para ser un candidato presidencial creíble, Alberto Fernándeznecesita proyectar autonomía. Eso significa que los gobernadores, dirigentes sindicales, operadores de la city y demás lo llamen a él.
La única que puede lograr eso es Cristina Kirchner, cultivando un bajo perfil (en redes sociales y actos) para ocupar en los hechos segundo plano oficial. También derivando con el candidato a quienes la llamen para pre acordar.
Solo así se hará lo que no se hizo con Daniel Scioli, hasta que fue demasiado tarde.

martes, 7 de mayo de 2019

El Canca murió a los 27


Por Santiago Costa
¿Qué significó el Canca” Juan Carlos Dante Gullo para un sector de la militancia que va desde los treinta y cinco a los cincuenta años? La mayoría conoce su historia personal y también su significación simbólica para el movimiento peronista, pero subestima su impacto histórico generacional.

Nene de antes
La agrupación H.I.J.O.S. en los inicios del kirchnerismo era una máquina de peronizar, aún sin proponérselo. Todos sus objetivos estratégicos se cumplían, como en cascada, bajo el naciente kirchnerismo.
En esa época de “dudas” en el movimiento popular post 2001, varios miraban a figuras como las Madres, las Abuelas, pero aún más a militantes setentistas como Miguel BonassoHoracio Verbitsky apoyar al kirchnerismo: eran una brújula. Permitían el beneficio de la duda, para tratar de comprender el momento histórico. 
Desde el retorno de la democracia, el peronismo revolucionariocontaba con demasiados mártires a cuestas, pero “comandantes” sobrevivientes que no mostraron la menor autocrítica, en una actitud que fue políticamente letal y humanamente gélida para con las generaciones de relevo.

El Canca Gullo fue el setentista con mayor prestigio que sobrevivió: no solo no se quebró -habiendo estado preso ocho años y medio, mientras desaparecían a su madre y a su hermano-, sino que tampoco se corrompió (como sí lo hizoRodolfo Galimberti). Siguió haciendo política territorial, aquella de la JP de las Regionales, que los fierros montoneros eclipsaron.
Padrino de huérfanos
El Canca -con muy poquitos como Envar El KadriErnesto Jauretche y algunos otros- habilitaba la autocrítica sobre la ruptura con el General Perón en esa fatídica plaza del 1 de mayo (o la muerte de Rucci, o el pase a la clandestinidad, o la contraofensiva) a una generación que necesitaba romper los bronces donde estaban encerrados sus referentes históricos, para poder hacer política de futuro.
El Canca pasó la antorcha, no solo humanamente, contándole cómo eran sus padres a los hijos de sus compañeros desaparecidos (como a Horacio Pietragalla o a Camilo Juárez), sino históricamente, entre Juventudes.
Si después de la muerte de Néstor Kirchner vino “el engorde” de la juventud kirchnerista, el Canca funcionó -junto a otros- como funcionó la CGT de los Argentinos y los cuadros de la Resistencia para la juventud de los setenta (que también tuvo su “engorde”). Fueron la correa de trasmisión histórica, los formadores de nuevos cuadros.
Intuición histórica de dirigente histórico
Juan Carlos Dante Gullo era un polemista feroz, temerario en el debate. Apoyó a Néstor y Cristina en todo momento y fue referencia generosa -como Elvio Vitali o Héctor Recalde– de las juventudes peronistas que confluyeron en La Cámpora.

Jamás cedió a la tentación de criticar por izquierda el proceso histórico, como hicieron otros ex referentes prestigiosos comoPino Solanas o Jorge Rulli en 2008 (para tristeza de tantos), porque él no ponía a “los hombres” por delante del movimiento, como los modestos cargos de diputado nacional (2007-2011) y legislador porteño (2011-2015) lo atestiguan, habiendo tanto ministerio suelto.
El Canca Gullo se murió a los 71 años, lúcido, pareciendo físicamente diez años menos, aún tras haber pasado por lo que todos pasaban al caer en manos de la represión genocida.
Pero el Canca Gullo no se murió a los 71 años, porque aún pertenecía a la Gloriosa Juventud. Los mitos suelen morir jóvenes, para no acumular contradicciones y por eso el Che es más mito que Fidel. Si de mitos juveniles se trata, nada supera al “Club de los 27” del rocanrol.
El Canca vivió 71 años, pero se murió a los 27.

miércoles, 1 de noviembre de 2017

Adiós Das Neves, león sureño



León sureño de la meseta,
vagabundo,
hiciste del rumbo de todos,
tu rumbo.

Fuiste un caminante eterno
y "el uno",
bicho temerario y de temer,
“cabezón” a más no poder
y leal al mandato oportuno.

¿Como fuiste el padre de tantos,
siendo en tantos barrios un hijo?
Te respetaron siempre tus pares,
una vez te traicionó un desprolijo.

Algunos también te odiaron,
implorando tu amargo revés,
sin embargo hoy grande es,
para todos,
tu sombra.

Sombra que hoy es provincia
transformada por tu paso,
naciste de una urna azul,
pero rebalsaste el vaso.

Y si alguno no tuvo premio,
o hubo un remate a traición,
en profesión tan terrible,
que el tiempo traiga perdón.

Volarás en la espalda ancha
del viento frío del desierto,
hijo del “pueblo de Luis”,
adiós portugués nuestro.

miércoles, 4 de noviembre de 2015

A 10 años del No al Alca, recuerdos adolescentes de un hito de los pueblos



En 2005 tenía veinte años y hacía tres que militaba en la agrupación H.I.J.O.S., regional capital. En rigor de verdad, hacía medio año que me había desenganchado, porque quería apoyar a esto nuevo que estaba naciendo, pero se cuidaba a la agrupación, que tenía otros tiempos. Como había quedado la mejor con los compañeros, viajé con ellos a Mar del Plata y salimos en bondis desde la Gráfica Patricios, en aquel entonces recientemente recuperada por sus trabajadores (hoy con radio y escuela).
Marchando en Mar del Plata recuerdo a la CTA ya en el medio entre los nac&pop -el debut del Frente Transversal, la FTV en su máxima expresión- y la izquierda del bloque piquetero, inaugurando una costumbre de época que se aplicaría también en las marchas de los 24 de marzo, para que no hubiera quilombo. Recuerdo al MST1 y el MST2 -que no entraron al estadio- agarrándose a las piñas entre ellos (tenía un amigo en cada bando, insólito). Recuerdo a Manu Chao y los pibes de Karamelo Santo marchando y tocando el bombo junto a H.I.J.O.S. El campo del estadio repleto bajo una fina llovizna, el poncho de Hebe, Diego chiquitito recién operado. Evo, que aún no era presidente, al lado de Chávez. El comandante, luego de su histórico "Alca, Alca, Al carajo", atiende a los piratas por Malvinas y todo el campo saltando y cantando "el que no salta es un inglés". Chávez fue el último en dejar de saltar, alucinante.
Recuerdo la sensación: "estamos empoderando a este tipo para que después se meta ahí adentro a armar quilombo". Claro, todavía no asumíamos que ese estadio, para ese tipo, había sido autorizado y promovido por "otro tipo". Un tipo que le puso la manito en la rodilla a Bush y le daba la palabra a Chávez para que hablara y hablara y le ganáramos por cansancio al cowboy. Sinceramente ver en yunta a Lula, Néstor, Chávez, Tabaré era como ver a la Liga de la Justicia América del Sur.
De regreso al bondi, alguien subió -no importa quién- y arengó para ir al centro a armar quilombo porque esa era "la marcha piquetera, la de verdad". Luego se vieron por tv las tristemente célebres imágenes de gansos encapuchados saqueando un Havanna. Lo real es que con mis 20 años me quedé en el bondi y creo que ese día me terminé de hacer kirchnerista. Nosotros ya habíamos cumplido, lo otro era una adolescentada política.
Era difícil ser oficialista en esa época. Desde 2003 hasta 2008 te puteaba el resto de la militancia, el "campo popular" (que no es lo mismo que "el campo nacional", ojo). Después de 2008 ganamos prestigio con la militancia, pero nos puteaba el 70% de la población. Recién se puso piola ser kirchnerista luego de la muerte de Néstor. Cosas de la vida.
Mucha agua pasó bajo el puente. Se sumaron Evo y Correa, Lugo, Mujica y Bachelet. Nació UNASUR y aprovechamos todo lo que pudimos el tiempo que el ojo de Saurón se olvidó de nosotros, concentrado en destruir estados en medio oriente.
Se fueron Chávez y Néstor al comando celestial. Hoy somos millones los muchachos de la juventud latinoamericana que tienen fuerte sentimiento de Patria Grande -esa cuarta bandera tácita de la doctrina peronista- y que sabemos positivamente que de todos los laberintos se sale por arriba: con integración regional.

lunes, 2 de noviembre de 2015

No hagamos liturgia kirchnerista. Propongamos Sintonía Fina



Las 75 mil lecturas que tuvo en tres días el post anterior -se agradecen- marca la pauta de que hay terreno fértil para sembrar, luego de la tierra que tragamos en el porrazo del 25-O.
Trataré de ser más explícito: no ganaremos asustando a la gente. No ganaremos contándole las bondades del modelo. La gente ya pagó eso en 2007 y 2011 y nosotros le prometimos una Sintonía Fina que nunca le cumplimos. La polarización se dará sola, no podemos ser tan torpes de vender 100% de continuidad. 
Daniel Scioli tiene que ponerle nombre y apellido a las cosas que cambiará como Macri le puso nombre y apellido a las cosas que mantendrá (independientemente de que lo haga o no, una porción del electorado le creyó). 
No hay que perder tiempo con la gente que votó a Macri, esos ya están convencidos, en la buena y tocando el cielo con las manos. Hay que hablarle a los que votaron a Massa, el progresismo y a la izquierda, admitiendo los errores. 
Cantemos todos la canción que canta Scioli (no la del patio de las palmeras, la de Scio-li que es el candidato: todos los reflectores ahí y solo ahí).

Cuelgo dos audios: una entrevista que me hicieron en Radio Palermo donde desarrollo un poco más.

Scioli fue y es un excelente candidato, hay que dejarlo diferenciarse para embocar la dosis justa de continuidad y cambio. (A partir del minuto 2.20)

Un excelente audio del compañero @contradictook que canta la justa.

La sociedad hizo un voto castigo al kirchnerismo, se cansó del patio de las palmeras. Hay que salir a buscar al resto sin la palabra modelo en la boca.

miércoles, 28 de octubre de 2015

Para que Scioli gane hay que enrollar las banderas



"Enrollen las banderas, no las bajen nunca, pero enróllenlas así los de atrás pueden ver" 
Cristina Fernández, un acto cualquiera.

Una campaña electoral es, por definición, la lucha por la opinión en la sociedad. Conducir es persuadir y nadie nunca jamás logró convencer a alguien de algo de lo que no está convencido. El fuego amigo, ir a votar desgarrado y todas esas pelotudeces tienen su repercusión, porque la gente no es zonza y mira. 
Desayunarse la cena, con discusiones sobre qué pasará en el movimiento justicialista en el período 2015-2017, cuando aún no se ganó la elección presidencial es vender la piel del oso antes de cazarlo y tampoco ayuda. Nadie vota delegados, gobernantes que no gobiernen ni dobles comando. 
Las reacciones de los compañeros el día después de las elecciones en las redes sociales fueron desopilantes. Desde "la gente es una ingrata", pasando por "esto es una guerra y acá no se rinde nadie", la imposibilidad de decodificar el mensaje de las urnas fue estremecedor. El kirchnerismo no solo no ganó en primera vuelta sino que va empatado a un balotaje -que es correrla de atrás- y el peronismo perdió ni más ni menos que la provincia de Buenos Aires. 
Alguien dijo una vez: "el kirchnerismo te lleva al paraíso a patadas en el culo". Si el "paraiso" es el fondo, las "patadas en el culo" son la forma. Los ciudadanos no son idiotas, no quieren el fin de la Asignación Universal, quieren el fin de la cadena nacional una vez por semana porque es una tocada de culo innecesaria que nos gusta a nosotros nomás, que la queremos a Cristina y "qué ídola que sos". No quieren el fin del Fútbol para Todos, quieren no tener que fumarse una apabullante propaganda política que demasiadas veces cae en partidaria. No quieren dirigentes cobardes con el FMI o los fondos buitre, pero sí con capacidad de autocrítica y de escuchar la calle. Aún la calle asfaltada. Reírnos en la cara de 200 mil caceroleros y decirles: "nosotros tenemos el control del Congreso" o "hagan un partido y ganen" es tirarle el colectivo encima al fitito. Hay demandas ahí, se debe poder tomar nota. Hablar de sensación de inseguridad, ningunear la inflación, no medir la pobreza aunque se la combata, porfiarse con ganancias, minimizar al punto de negar las derrotas electorales se paga, cómo que no. Los errores propios existen y hay que volver a enamorar. Nada peor en política que el autismo.
Cuando el kirchnerismo ganó con el 54%, con 37 puntos de ventaja a su inmediato competidor, empezó a boxear con su sombra. Se olvidó de persuadir, porque ya tenía los porotos y no le hacía falta. Comenzó más que nunca a privilegiar las formas. 
Se acentuó una tendencia en la militancia kirchnerista a la endogamia, al microclima. La militancia de la "selfie" -que nadie dice que sea la mayoritaria- existe y es más o menos esto: salir a convencer a los convencidos. ¿Para qué se manda un mail o mensaje de wsp a un grupo de compañeros, si ya pensamos todos lo mismo? ¿Cuánta gente que no es del palo tenés en tu facebook y podés hablar sin putearte porque no te considera un kirchnerista cabeza de termo?
Se convence al que piensa distinto. Escuchándolo para partir de un punto en común y generar empatía. Dando la razón en algunas cosas, aunque sean secundarias para nosotros. Lograr que no te sientan "extraño" y piense que sos un tipo autocrítico y lúcido. Ser "fronterizo" de la grieta. Si llega a pensar: "lástima que está con ellos porque es buen tipo, entiende" arrimaste más, porque ahora te escucha. Fijate bien lo que le vas a decir.
Decir que si gana Macri es el fin del mundo porque es "malo" y quiere destruir el país no sirve. Tirarle con la dictadura, los noventa y su gobierno en la ciudad -ampliamente plebiscitado por la mayoría- no sirve. Hay que dejar de hablar de Clarín por dos años. Esas balas a Macri no le entran y acá lo que se busca es la eficacia en el accionar político.
El discurso de Máximo fue un papelón. No solo no ganó la categoría de diputados, en la que salió segundo, sino que se la pasó puteando a Clarín y dijo -a horas de haber perdido la provincia de Buenos Aires, infinidad de intendencias e ir empatados al balotaje- que: "la gente votó a Cristina con el 54% y a Macri con el 34%". Autismo absoluto o intereses inconfesables.
Cada vez que Máximo puetee a Macri, éste va a subir en las encuestas. Es una regla de tres simple y Scioli tiene que decirle que cierre el pico y que se haga de abajo.
Scioli dijo que va a ser más Scioli que nunca y eso en criollo significa que va a empezar a mostrarse más autónomo y rebelde del kirchnerismo de las formas. Está perfecto, era hora. Si la militancia kirchnerista quiere hacer su aporte, aparte de convencer en la verduleria -el mundo real, no el virtual- a desconocidos con tacto y humildad, su aporte es este: dejarse putear sin reaccionar.
Scioli va a empezar a tocarle el culo al kirchnerismo simbólico poniendo en caja a Carta Abierta, 678 y La Cámpora. Hay que bancársela y todo aquel que además de kirchnerista sea peronista lo va a entender. Ver en esto una traición y no una táctica electoral es kirchnerismo bobo. Silbar bajito y repetir la línea del candidato es el aporte.
Macri es porteño. ¿Realmente puede ponerse en el lugar de un chaqueño, un chubutense o un salteño? Un porteño no sabe lo que es estar a miles de kilómetros del "calor" y si Dios está en todos lados pero atiende en Buenos Aires hay que hacer la campaña con eso. Hay que plantase en unitarios y federales porque ellos no tienen gobernadores y nosotros muchos muy queridos en sus provincias. Hay que plantarse en el peronismo porque ellos no tienen sindicatos y nosotros sí.
Lograr privilegiar el fondo -que Scioli gane y seguir gobernando la nación-, sacrificando en la campaña las formas, sin reaccionar y conteniendo el fuego amigo, salir a convencer a no convencidos predicando la línea que baje el candidato es lo que la realidad impone para ganar.

Posdata: la eficacia de este texto se medirá en las puteadas que se reciban de los compañeros, porque se busca conmover estructuras mentales.