lunes, 6 de julio de 2015

El recorrido Scioli-Zannini por las provincias y su simbología política


La fórmula presidencial del Frente para la Victoria despliega una vertiginosa gira política por las provincias argentinas buscando respaldar a los candidatos a gobernador del peronismo y aumentar su propio nivel de visibilidad e intención de voto en el interior.
En ese marco, resulta llamativo el orden del cronograma. Sabido es que Scioli es "de apoyar en las buenas y en las malas", como se demostró con sus viajes a Río Negro por Pichetto, a Santa Fe por Perotti y su aparición en CABA apoyando a Mariano Recalde. Sucede que está comprobado que esos fracasos parciales no le afectan directamente en su imagen ni en su intención de voto. Misterios del blindaje Scioli. No obstante este gesto es muy valorado por los gobernadores, que apoyan en bloque a Scioli y seguramente pueblen su gabinete con sus segundas líneas fungiendo de cantera federal de funcionarios.
Lo cierto es que nada menos que el primer viaje de la flamante fórmula fue a la provincia de Córdoba, territorio hostil al kirchnerismo. No solo por su componente “campero” y el pasado desencuentro con la resolución 125, sino porque su gobernador De la Sota, de buena relación personal con Scioli, es además de furibundo antik, precandidato presidencial en las PASO del Frente Renovador. Es en ese marco, sabida la pésima relación y pica personal de Zannini-de origen cordobés- con De la Sota, que el primer viaje de campaña a Córdoba en apoyo del candidato a gobernador “k puro” Acastello no puede dejar de leerse como un guiño a Zannini y una mojada de oreja al “cordobesismo”.
El segundo viaje de la dupla kirchnerista fue a tierras riojanas a apoyar al candidato a gobernador peronista Sergio Casas, que disputa el cargo este domingo frente a una coalición hegemonizada por la UCR. Allí no solo habló Zannini, sino que Scioli ponderó las políticas sociales kirchneristas y la intervención del estado en el desarrollo de la economía. Algunos despistados incluso pretendían que Scioli fuera a insultar, en su propio pago chico que lo adora, a quien lo inició en la política: el ex presidente peronista Carlos Menem. Cosas de la antipolítica.
El jueves de esta semana la fórmula presidencial kirchnerista también realizó un viaje, en este caso a Santa Cruz. Allí, más allá de las actividades “formales” como la inauguración del Café Literario NK, lo cierto es que la fórmula presidencial brindó un fuerte apoyo en la cuna del kirchnerismo a la precandidatura a la gobernación de Alicia Kirchner, que fungió de anfitriona en un escenario donde le gobernador Peralta no estuvo (algo poco resaltado), y al debutante candidato a diputado nacional Máximo Kirchner.
Si bien es cierto que el cronograma electoral impone el recorrido (en qué provincias se vota primero), son destacables los guiños y señales que se desprenden de la gira. Fuertes respaldos a La Cámpora en el caso de actos junto a Recalde y Máximo; mojadas de oreja a quienes juegan por afuera como De la Sota con Massa y una buena dosis de realismo peronista en el caso riojano.

Así será la campaña, milimétricamente calculada en su diseño, orden de apariciones, discursos (no es menor que Zannini haga siempre uso de la palabra) y fotos. Donde la política tiene mucho de ritual y algunos ven esquizofrenia, existe en el fondo un profundo realismo político. 
(publicado en politicargentina.com)

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