miércoles, 4 de noviembre de 2015

A 10 años del No al Alca, recuerdos adolescentes de un hito de los pueblos



En 2005 tenía veinte años y hacía tres que militaba en la agrupación H.I.J.O.S., regional capital. En rigor de verdad, hacía medio año que me había desenganchado, porque quería apoyar a esto nuevo que estaba naciendo, pero se cuidaba a la agrupación, que tenía otros tiempos. Como había quedado la mejor con los compañeros, viajé con ellos a Mar del Plata y salimos en bondis desde la Gráfica Patricios, en aquel entonces recientemente recuperada por sus trabajadores (hoy con radio y escuela).
Marchando en Mar del Plata recuerdo a la CTA ya en el medio entre los nac&pop -el debut del Frente Transversal, la FTV en su máxima expresión- y la izquierda del bloque piquetero, inaugurando una costumbre de época que se aplicaría también en las marchas de los 24 de marzo, para que no hubiera quilombo. Recuerdo al MST1 y el MST2 -que no entraron al estadio- agarrándose a las piñas entre ellos (tenía un amigo en cada bando, insólito). Recuerdo a Manu Chao y los pibes de Karamelo Santo marchando y tocando el bombo junto a H.I.J.O.S. El campo del estadio repleto bajo una fina llovizna, el poncho de Hebe, Diego chiquitito recién operado. Evo, que aún no era presidente, al lado de Chávez. El comandante, luego de su histórico "Alca, Alca, Al carajo", atiende a los piratas por Malvinas y todo el campo saltando y cantando "el que no salta es un inglés". Chávez fue el último en dejar de saltar, alucinante.
Recuerdo la sensación: "estamos empoderando a este tipo para que después se meta ahí adentro a armar quilombo". Claro, todavía no asumíamos que ese estadio, para ese tipo, había sido autorizado y promovido por "otro tipo". Un tipo que le puso la manito en la rodilla a Bush y le daba la palabra a Chávez para que hablara y hablara y le ganáramos por cansancio al cowboy. Sinceramente ver en yunta a Lula, Néstor, Chávez, Tabaré era como ver a la Liga de la Justicia América del Sur.
De regreso al bondi, alguien subió -no importa quién- y arengó para ir al centro a armar quilombo porque esa era "la marcha piquetera, la de verdad". Luego se vieron por tv las tristemente célebres imágenes de gansos encapuchados saqueando un Havanna. Lo real es que con mis 20 años me quedé en el bondi y creo que ese día me terminé de hacer kirchnerista. Nosotros ya habíamos cumplido, lo otro era una adolescentada política.
Era difícil ser oficialista en esa época. Desde 2003 hasta 2008 te puteaba el resto de la militancia, el "campo popular" (que no es lo mismo que "el campo nacional", ojo). Después de 2008 ganamos prestigio con la militancia, pero nos puteaba el 70% de la población. Recién se puso piola ser kirchnerista luego de la muerte de Néstor. Cosas de la vida.
Mucha agua pasó bajo el puente. Se sumaron Evo y Correa, Lugo, Mujica y Bachelet. Nació UNASUR y aprovechamos todo lo que pudimos el tiempo que el ojo de Saurón se olvidó de nosotros, concentrado en destruir estados en medio oriente.
Se fueron Chávez y Néstor al comando celestial. Hoy somos millones los muchachos de la juventud latinoamericana que tienen fuerte sentimiento de Patria Grande -esa cuarta bandera tácita de la doctrina peronista- y que sabemos positivamente que de todos los laberintos se sale por arriba: con integración regional.

lunes, 2 de noviembre de 2015

No hagamos liturgia kirchnerista. Propongamos Sintonía Fina



Las 75 mil lecturas que tuvo en tres días el post anterior -se agradecen- marca la pauta de que hay terreno fértil para sembrar, luego de la tierra que tragamos en el porrazo del 25-O.
Trataré de ser más explícito: no ganaremos asustando a la gente. No ganaremos contándole las bondades del modelo. La gente ya pagó eso en 2007 y 2011 y nosotros le prometimos una Sintonía Fina que nunca le cumplimos. La polarización se dará sola, no podemos ser tan torpes de vender 100% de continuidad. 
Daniel Scioli tiene que ponerle nombre y apellido a las cosas que cambiará como Macri le puso nombre y apellido a las cosas que mantendrá (independientemente de que lo haga o no, una porción del electorado le creyó). 
No hay que perder tiempo con la gente que votó a Macri, esos ya están convencidos, en la buena y tocando el cielo con las manos. Hay que hablarle a los que votaron a Massa, el progresismo y a la izquierda, admitiendo los errores. 
Cantemos todos la canción que canta Scioli (no la del patio de las palmeras, la de Scio-li que es el candidato: todos los reflectores ahí y solo ahí).

Cuelgo dos audios: una entrevista que me hicieron en Radio Palermo donde desarrollo un poco más.

Scioli fue y es un excelente candidato, hay que dejarlo diferenciarse para embocar la dosis justa de continuidad y cambio. (A partir del minuto 2.20)

Un excelente audio del compañero @contradictook que canta la justa.

La sociedad hizo un voto castigo al kirchnerismo, se cansó del patio de las palmeras. Hay que salir a buscar al resto sin la palabra modelo en la boca.

miércoles, 28 de octubre de 2015

Para que Scioli gane hay que enrollar las banderas



"Enrollen las banderas, no las bajen nunca, pero enróllenlas así los de atrás pueden ver" 
Cristina Fernández, un acto cualquiera.

Una campaña electoral es, por definición, la lucha por la opinión en la sociedad. Conducir es persuadir y nadie nunca jamás logró convencer a alguien de algo de lo que no está convencido. El fuego amigo, ir a votar desgarrado y todas esas pelotudeces tienen su repercusión, porque la gente no es zonza y mira. 
Desayunarse la cena, con discusiones sobre qué pasará en el movimiento justicialista en el período 2015-2017, cuando aún no se ganó la elección presidencial es vender la piel del oso antes de cazarlo y tampoco ayuda. Nadie vota delegados, gobernantes que no gobiernen ni dobles comando. 
Las reacciones de los compañeros el día después de las elecciones en las redes sociales fueron desopilantes. Desde "la gente es una ingrata", pasando por "esto es una guerra y acá no se rinde nadie", la imposibilidad de decodificar el mensaje de las urnas fue estremecedor. El kirchnerismo no solo no ganó en primera vuelta sino que va empatado a un balotaje -que es correrla de atrás- y el peronismo perdió ni más ni menos que la provincia de Buenos Aires. 
Alguien dijo una vez: "el kirchnerismo te lleva al paraíso a patadas en el culo". Si el "paraiso" es el fondo, las "patadas en el culo" son la forma. Los ciudadanos no son idiotas, no quieren el fin de la Asignación Universal, quieren el fin de la cadena nacional una vez por semana porque es una tocada de culo innecesaria que nos gusta a nosotros nomás, que la queremos a Cristina y "qué ídola que sos". No quieren el fin del Fútbol para Todos, quieren no tener que fumarse una apabullante propaganda política que demasiadas veces cae en partidaria. No quieren dirigentes cobardes con el FMI o los fondos buitre, pero sí con capacidad de autocrítica y de escuchar la calle. Aún la calle asfaltada. Reírnos en la cara de 200 mil caceroleros y decirles: "nosotros tenemos el control del Congreso" o "hagan un partido y ganen" es tirarle el colectivo encima al fitito. Hay demandas ahí, se debe poder tomar nota. Hablar de sensación de inseguridad, ningunear la inflación, no medir la pobreza aunque se la combata, porfiarse con ganancias, minimizar al punto de negar las derrotas electorales se paga, cómo que no. Los errores propios existen y hay que volver a enamorar. Nada peor en política que el autismo.
Cuando el kirchnerismo ganó con el 54%, con 37 puntos de ventaja a su inmediato competidor, empezó a boxear con su sombra. Se olvidó de persuadir, porque ya tenía los porotos y no le hacía falta. Comenzó más que nunca a privilegiar las formas. 
Se acentuó una tendencia en la militancia kirchnerista a la endogamia, al microclima. La militancia de la "selfie" -que nadie dice que sea la mayoritaria- existe y es más o menos esto: salir a convencer a los convencidos. ¿Para qué se manda un mail o mensaje de wsp a un grupo de compañeros, si ya pensamos todos lo mismo? ¿Cuánta gente que no es del palo tenés en tu facebook y podés hablar sin putearte porque no te considera un kirchnerista cabeza de termo?
Se convence al que piensa distinto. Escuchándolo para partir de un punto en común y generar empatía. Dando la razón en algunas cosas, aunque sean secundarias para nosotros. Lograr que no te sientan "extraño" y piense que sos un tipo autocrítico y lúcido. Ser "fronterizo" de la grieta. Si llega a pensar: "lástima que está con ellos porque es buen tipo, entiende" arrimaste más, porque ahora te escucha. Fijate bien lo que le vas a decir.
Decir que si gana Macri es el fin del mundo porque es "malo" y quiere destruir el país no sirve. Tirarle con la dictadura, los noventa y su gobierno en la ciudad -ampliamente plebiscitado por la mayoría- no sirve. Hay que dejar de hablar de Clarín por dos años. Esas balas a Macri no le entran y acá lo que se busca es la eficacia en el accionar político.
El discurso de Máximo fue un papelón. No solo no ganó la categoría de diputados, en la que salió segundo, sino que se la pasó puteando a Clarín y dijo -a horas de haber perdido la provincia de Buenos Aires, infinidad de intendencias e ir empatados al balotaje- que: "la gente votó a Cristina con el 54% y a Macri con el 34%". Autismo absoluto o intereses inconfesables.
Cada vez que Máximo puetee a Macri, éste va a subir en las encuestas. Es una regla de tres simple y Scioli tiene que decirle que cierre el pico y que se haga de abajo.
Scioli dijo que va a ser más Scioli que nunca y eso en criollo significa que va a empezar a mostrarse más autónomo y rebelde del kirchnerismo de las formas. Está perfecto, era hora. Si la militancia kirchnerista quiere hacer su aporte, aparte de convencer en la verduleria -el mundo real, no el virtual- a desconocidos con tacto y humildad, su aporte es este: dejarse putear sin reaccionar.
Scioli va a empezar a tocarle el culo al kirchnerismo simbólico poniendo en caja a Carta Abierta, 678 y La Cámpora. Hay que bancársela y todo aquel que además de kirchnerista sea peronista lo va a entender. Ver en esto una traición y no una táctica electoral es kirchnerismo bobo. Silbar bajito y repetir la línea del candidato es el aporte.
Macri es porteño. ¿Realmente puede ponerse en el lugar de un chaqueño, un chubutense o un salteño? Un porteño no sabe lo que es estar a miles de kilómetros del "calor" y si Dios está en todos lados pero atiende en Buenos Aires hay que hacer la campaña con eso. Hay que plantase en unitarios y federales porque ellos no tienen gobernadores y nosotros muchos muy queridos en sus provincias. Hay que plantarse en el peronismo porque ellos no tienen sindicatos y nosotros sí.
Lograr privilegiar el fondo -que Scioli gane y seguir gobernando la nación-, sacrificando en la campaña las formas, sin reaccionar y conteniendo el fuego amigo, salir a convencer a no convencidos predicando la línea que baje el candidato es lo que la realidad impone para ganar.

Posdata: la eficacia de este texto se medirá en las puteadas que se reciban de los compañeros, porque se busca conmover estructuras mentales.

martes, 27 de octubre de 2015

El Néstor virtual (homenajes) versus el Néstor real (aprendizajes)


5 años del ingreso a la inmortalidad de Néstor al "comando celestial"
¿Qué se recuerda hoy? ¿A un ex presidente, a un líder? A un tipo disruptivo ciertamente, que recogió demandas de justicia, empleo, seguridad social, educación, salud. Para poder concretarlas rompió correlaciones de fuerzas, internacionales e internas, patrones de acumulación, digamos. Hizo política.
¿Cómo se emula un líder así? ¿Cómo se transforma un militante social en un militante político-partidario? ¿Cómo se transforma un joven que quiere cambiar el mundo en un político adulto obsesionado con ganar elecciones, tener votos propios y acceder al control del Estado para desplegar un proyecto político que logre transformar lo que "diosa fortuna" permita?
Es lo mejor que tiene Néstor para enseñar. La apuesta en un pago chico (es más fácil juntar votos para ser Gobernador en una provincia que Intendente en algunos municipios del conurbano), la acumulación de dinero para solventar campañas y darle autonomía a la política sin ser mero instrumento de poderes económicos. ¿Cómo logró Néstor comerle la tropa a Flores y desplazar a Puricelli? Las alianzas, las traiciones, la concentración de poder, las reformas electorales, las reformas constitucionales. Ir por adentro, siendo minoría, siempre por adentro. Armar equipo, bancar a los soldados propios, aunque tengan manchas. Dar vuelta adversarios, tenerlos en el propio dispositivo. Al enemigo ni justicia, aprender a patear al caído en el piso. "Ser blando con los blandos y duro con los duros".
Aceptar privatizaciones nacionales si eso garantiza autonomías provinciales. Salud, educación y empleo provinciales. Aceptar aliarse con los feos, sucios y malos para llegar. Ser chirolita un rato, para llegar y cambiar la correlación de fuerzas. Apostar a la transversalidad si el clima de época ruge antipolítica. Apostar al peronismo si se requiere gobernabilidad. Incumplir pactos, dejar en el camino leales de la primera hora si no se encuadran o se muestran rebeldes. Hoy hay demasiados ex kirchneristas de la primera hora.
Lo que se conoce como kirchnerismo se inició en 2003. Pero sus líderes se formaron como dirigentes en las décadas del 1980 y 1990. Hay que estudiar el período 1983-2001 de Néstor. Mostró que hay que aprender a gobernar. "Hacer la escuelita". Ser intendente, gobernador, gobernador reelecto, presidente. Tener "virtú", no abandonarse nunca.
En la elección 2003 no vinieron con un programa de gobierno bajo el brazo que decía "anularemos las leyes de impunidad", "recuperaremos YPF", "recuperaremos las AFJP". Cuanto más se define uno, más votos pierde, porque se aisla.
Muchos creen que el kirchnerismo debe ganar porque si, por determinación histórica, porque es lo bueno contra lo malo. No hay política ahí. No hay alianzas, no hay pactos, no hay negociaciones por necesidades, sapos ideológicos.
Néstor, como el General Perón, "sabía que había que hacer" en el gobierno, antes de ser gobierno. Tenía medidas ya pensadas, adversarios que sabía que se iban a oponer, límites que romper. Se apoyó en la opinión pública, en el presupuesto, en las organizaciones sociales, luego en el aparato y en el sindicalismo.
El que haga liturgia kirchnerista, ideologismo, no le suma nada al proyecto. La lealtad de los pocos pero buenos, no le suma nada al proyecto. Si como decía Juan Perón "la acción electoral es una acción cuantitativa, la acción de gobierno es cualitativa", hoy se lo recuerda a Néstor por su acción de gobierno. El desafío para continuarlo es aprehenderlo en su accionar político-electoral.


miércoles, 16 de septiembre de 2015

Caída de los precios de los commodities y guerra de monedas: ¿Se viene el Programa DevaluAR o la Sintonía Fina?


A mediados de julio Hernán Brienza escribió una columna contra el peligro de la reprimarización de la economía argentina y alertando sobre el proceso de regresión de los términos de intercambio comercial, que implica el fin del boom de los commodities y el “viento de cola”. Allí se cita a Jaurecthe (que explicó el fenómeno políticamente en forma muy clara, mientras Presbich y la CEPAL lo hacían económicamente desde la academia) de un modo como mínimo “extemporáneo”, ya que Don Arturo escribió en los años ´60 y hoy el mundo es otro, por la aparición de los BRICS en general y China en particular. Esa columna, que además cierra citando a Belgrano, mereció un socarrón comentario: “sobra pensamiento nacional y falta geopolítica”.
Si sabemos que la irrupción al mercado mundial de millones de productores y consumidores en China e India a fines de los años 90 implicó una demanda de alimentos y materias primas -que es el origen del boom de los commodities-, se impone la pregunta: ¿Esta caída, es circunstancial o permanente?
Aquí es donde consultamos a los economistas, ya que la mencionada teoría de Presbich y la CEPAL han hecho escuela. Esta teoría de la posguerra, llamada Teoría Secular de los Términos de Intercambio básicamente dice que siempre un bien industrializado o un bien de capital tendrán mayor precio que un bien primario, recurso natural sin industrializar. Para decirlo en criollo: que un kilo de máquina siempre saldrá más que un kilo de carne. ¿Por qué? Porque en el proceso de agregado de valor, el obrero tiene un sindicato que puja y se apropia de parte de la ganancia, que se traslada al precio final. Eso no pasa en el producto primario, generalmente de uso de mano poco intensiva (¿cuántos peones hacen falta para manejar una estancia? Pocos) y sin sindicalizar. Ahora bien, el modelo productivo chino hace explotar esta ecuación a fines de los años ochenta con lo que se conoció como “deslocalización” de empresas del primer mundo, que se “mudan” a producir a China por el bajo costo de mano de obra. Bajo costo que permite su escala (sus millones en población) y el hecho de que para los chinos es negocio: ese obrero que gana dos pesos es hijo de un campesino que sufrió hambrunas, vive en una ciudad con servicios básicos como luz, agua y gas, y su hijo tiene chances reales de ser universitario. La movilidad social ascendente existe en China y se cumple el milenario “mandato del cielo”.
¿Que significó esto? El tremendo abaratamiento de los bienes industrializados, “primero de las herramientas y luego de las máquinas de hacer herramientas”, donde China se va llevando puesta a su competencia inglesa, alemana, yanqui. El primer mundo deja de “fabricar” y se concentra en la investigación y desarrollo (I+D), la biotecnología, nanotecnología, robótica, industria del software y demás. Junto a la industria armamentística, demandante y complementaria de lo anterior, que las potencias jamás abandonarán por razones “de estado” y geopolíticas.
Entonces con millones de chinos “fabricando” barato y saliendo de la pobreza de a cientos de millones por década, “comiendo”, de repente un kilo de herramientas sale menos que un kilo de soja. Hoy China ya no crece a 10% anual (“tan solo a 4%”), entre otras cosas porque USA y Europa, que son sus mercados, demandan menos, pero también porque China ha priorizado su mercado interno (“redistribución del ingreso”) como motor de crecimiento frente a las exportaciones, en un delicado juego de equilibrios donde también pesan las desigualdades regionales, el problema de la contaminación y la corrupción en las altas esferas del gobierno, que es la agenda interna que manejan. Sin embargo, ¿Dejarán de comer los chinos?

Soja y petróleo: factores financieros y geopolíticos

Volviendo a la pregunta que origina la columna (¿Los commodities vuelven a la baja permanente porque se impone la ley secular de los términos de intercambio comercial, o es algo pasajero por que los BRICS garantizan demanda?), hay que decir frente al precio del petróleo y de la soja derrumbados, que estos precios tienen varios componentes. El básico es la oferta y la demanda, donde si la crisis internacional destruye industria y hay menor demanda energética, es normal que haya menor demanda de petróleo. Sin embargo, otros factores juegan, en un mundo donde el capital financiero ha subordinado al industrial.
En el caso del petróleo, Estados Unidos nunca fue un exportador nato, ya que a pesar de contar con petróleo propio, gracias a su gran complejo industrial la demanda interna siempre requirió más petróleo del que disponía, oscilando entre el auto abastecimiento y la importación. Se sabe que durante la Guerra Fría, Estados Unidos jugaba la carta de las guerras en medio oriente para mantener el petróleo barato, ya que ese era el talón de Aquiles de la Unión Soviética. Sus grandes gastos por la “carrera espacial”, que no lograba solventar con exportación de bienes de consumo (su industria era “pesada”, orientada a bienes de capital y maquinaria) la dejaba presa de sus exportaciones de petróleo, donde una baja del precio le afectaba profundamente su balanza comercial. Luego de una “sed” de petróleo exacerbada a principios de los años 2000, que implicó la invasión a Irak y el intento de golpe de estado en su tradicional abastecedor Venezuela, Estados Unidos se orientó al desarrollo del shale-oil con el que logró otra vez el auto abastecimiento recientemente. Si sumamos su tradicional alianza geopolítica con Arabia Saudita (que opera en la OPEP a su favor), USA logró tirar el precio internacional para abajo, lastimando a los exportadores de petróleo con “menor ventaja comparativa”: Rusia, Irán, Venezuela.
Esto es una buena y mala noticia para Argentina. En el corto plazo es buena porque alivia el déficit energético y comercial argentino, generado por importaciones de combustibles considerables luego de la debacle privada en YPF. En el largo plazo es una mala noticia porque sin precio alto del petróleo no hay desarrollo de Vaca Muerta posible, no habría inversiones. Lo mismo le sucedería a Brasil con el petróleo off-shore (en aguas profundas) Sin embargo el petróleo sigue siendo un recurso no renovable, que se agotará en algún momento y constituye la savia vital del modelo industrial de sociedad de consumo, con lo cual, eventualmente en pocos o muchos años, volverá a subir su precio. En ese sentido expertos dicen: “Si el precio sigue muy bajo, el shale (proyectos a mucho más largo plazo que petróleo convencional) va a seguir cayendo y deja de ser rentable, USA va a tener que volver a importar, y ahí Arabia Saudita lograría su cometido, porque puede vender a 50 y ganar igual por sus bajos costos, pero a ese precio el shale y el offshore dan pérdida. Veo el precio de WTI en 56-60 a fin de año, 70 a fin del año que viene y posiblemente estabilizándose en 80 en el 2017”.
La soja se explica de otra manera. Tiene un componente financiero considerable, donde los “capitales golondrinas” invierten en el corto plazo al igual que en otros commodities o migran, inflando o no (incidiendo en) el precio. Hoy que la Reserva Federal de USA aumenta la tasa de interés, lo que significa que premia el ahorro en dólar y funciona como una “aspiradora de capitales mundial”, ese capital golondrina migra hacia allí e incide a la baja en el precio de los commodities, eso existe. Sin embargo, si se toma en cuenta que el mejor precio de la soja en 2008 coincidió con períodos de sequía importantes en USA (el primer exportador mundial de soja, seguido de Brasil y Argentina) y que el real brasilero devaluó fuerte haciendo más atractiva su oferta de soja, se entiende la caída del precio por sobre oferta, ya que la demanda China no cayó estrepitosamente.
Eso nos lleva a la actual “guerra de monedas” en el mundo, que es la forma en que se traslada la crisis económica entre los países, discusión que anticipó en este mismo medio en su columna del domingo Pablo Papini y a la cual la presidenta Cristina Fernández de Kirchner se refirió esta semana reiteradas veces. Con Rusia devaluando, China devaluando, Brasil devaluando, Argentina ¿qué debe hacer? La presidenta argumenta que no hay evidencia de que las economías que devaluaron hayan tenido un repunte en sus exportaciones, y que más bien es contraproducente, porque acentúa el peso de la deuda externa en los países emergentes (hace falta más moneda local para pagar la misma deuda en dólares que antes de la devaluación).
Sin embargo, Argentina se encuentra hoy fuertemente desendeudada y es un secreto a voces que el tipo de cambio argentino está retrasado, lo que puede verse en el estancamiento de las economías “regionales” (cuyo nombre no inquieta a los capitalinos por sonar lejano, deberían llamarse “todo lo que exportamos que no es soja”).
“Estos fenómenos son los que están indicando que el sector transable atraviesa una crisis de competitividad que excede a la evolución de los precios internacionales. Un cúmulo de desequilibrios y elementos de la política económica interna pesan sobre el sector: fundamentalmente el atraso cambiario como consecuencia de años de alta inflación acompañados por una tasa de devaluación siempre menor, que en los últimos meses se ha visto incrementado como consecuencia de la revalorización del dólar por parte de todas las monedas del mundo. A la evolución del tipo de cambio real se suman otros factores de relevancia como el aumento persistente de la presión tributaria durante toda la década, la implementación de múltiples trabas y requisitos para la exportación, las deficiencias de infraestructura, entre otras, que aumentan los costos de las actividades transables y restan rentabilidad y competitividad. Es indispensable concebir la corrección cambiaria necesaria dentro de un plan económico consistente y abarcativo de otros frentes como el fiscal y el monetario. Si sólo se realizan correcciones en la cotización del dólar, se repetirá el escenario de enero de 2014 donde la devaluación de casi el 25 % efectuada en dos días perdió todo efecto real al cabo de 8 meses y, para septiembre, el TCRM se encontraba en el mismo nivel previo como consecuencia de una aceleración inflacionaria”.
Plantear el dilema en “devaluación SI/NO” es de brutos, ya que se habla de cómo evitar una devaluación brusca (Duhalde) que generaría pobreza al castigar al salario real. ¿Cómo hacer para ajustar el tipo de cambio gradualmente y qué otras herramientas se necesitan para complementar el esfuerzo y aumentar la productividad de los sectores productivos y que no quede tan solo en una medida coyuntural?
No es ningún secreto que el modelo inaugurado en 2003 siempre apostó a un tipo de cambio administrado, de “flotación sucia”, donde el Banco Central interviene comprando o vendiendo dólares para mantener un tipo de cambio competitivo. Esa política se inició sobre la “base” de la devaluación de 2002, “manteniendo el margen” del 3 a 1 original. Ese margen hoy se esfumó. Hay que volver a lograr un “tipo de cambio de equilibrio desarrollista” (TCE-D), que Aldo Ferrer define como: “aquel que busca retener el ahorro argentino, promover el compre nacional, diversificar e incorporar valor agregado a las exportaciones, y desalienta los capitales especulativos”. Implica que el tipo de cambio impulse las exportaciones y estas generen divisas para consolidar las reservas del Banco Central, pero también que el Estado sea capaz de “abrir espacios de rentabilidad” en los sectores que apueste a desarrollar, con políticas de promoción.
Sobre ese “tipo cambio de equilibrio desarrollista”, que fomente las exportaciones para apalancar la industria como ya se hizo cuando el modelo tenía sintonía fina, deberían aplicarse políticas de incentivo a la productividad, como beneficios fiscales y créditos blandos a quienes reinviertan cierto porcentaje de sus utilidades en la modernización tecnológica de sus empresas. El Estado nacional cuenta con herramientas fiscales y crediticias complementarias al tipo de cambio que garanticen ampliar los márgenes de rentabilidad para reimpulsar sectores productivos, evitando que la única e ineludible variable sea el salario real. Debe tener “palo”, pero también “mucha zanahoria” con una política de fuertes incentivos a quienes inviertan en productividad.
Ese es el horizonte al que hay que apuntar para salir de este esquema de subsidios generalizados, insostenible en el tiempo y lograr la “sintonía fina”.

sábado, 12 de septiembre de 2015

Chubut: ante la exacerbación electoral de los regionalismos

(Artículo publicado en la versión papel de ElExtremosSur)

Las PASO del 9 de agosto mostraron una provincia más partida que nunca entre el norte y el sur. Como una familia con dos hermanos que suelen disputarse el amor de la madre: Trelew y Comodoro. Si bien Comodoro Rivadavia es el hermano mayor y el más fuerte económicamente, Trelew siempre tuvo una densidad política e influencia en su barra del Valle: Rawson, Puerto Madryn y el amigo de la otra cuadra, Esquel, con lo que da pelea y solía ganar. ¿Nace esta rivalidad de las distintas fundaciones de las ciudades? ¿Cuánto pesa la tradición comunitaria galesa? ¿Cuánto pesa la administración pública provincial en la vida política de Trelew y visceversa? ¿El éxito para un comodorense es ser rico, mientras que para un valletano es ser poderoso?
El Extremo Sur buscó desentrañar la identidad política del valle, una región históricamente orgullosa de instalar gobernadores. Adrián Maderna, el candidato a intendente más votado, nos da su opinión, como asi también el joven Secretario de Trabajo provincial y fundador del Grupo Los Altares, Lic. Federico Ruffa. Por su parte Mauricio Fernández Picolo, investigador y profesor titular regular de la cátedra “Historia Argentina y Americana Contemporánea” de la Universidad Nacional San Juan Bosco en Trelew, aportó la visión histórica. El vice gobernador Gustavo McKarthy, consultado sobre el tema por esta columna, no se mostró interesado en brindar su opinión.

El Valle y sus origenes

Si bien un rasgo común de Trelew, Rawson y el valle en general es su fundación por los colonos galeses, el profesor Fernández Picolo no ve un factor decisivo en el posterior entramado comunitario que se traduzca en una densidad política. Si hoy día ese legado repercute culturalmente en institutos, en un principio lo hizo idiomática y religiosamente, y tal vez el aporte más duradero en el tiempo sea una cierta tradición cooperativa. Las cooperartivas de servicios junto con las de canales de riego -donde en forma autogestionada cada grupo de chacareros mantenia la limpieza de su sector- pueden ser sus símbolos más acabados. Rawson, lugar de asiento primero de los galeses a orillas del río Chubut, se unío con el puerto de Madryn -lugar de desembarco original, pero fundamentalmente via de conexión con Buenos Aires y el mundo- mediante una traza ferroviaria de capitales ingleses que tuvo su otra cabecera en Trelew. Así y desde un inicio esta ciudad fue intermediaria comercial entre el puerto y los chacareros, y asiento de los ganaderos de la meseta, quienes sin embargo no eran terratenientes al estilo santacruceño sino de extensiones más modestas. Muchas de esas tierras de menor fertilidad, “terrenos fiscales” luego de la mal llamada Conquista del Desierto, se transformaron en pequeñas y medianas propiedades de hijos de habitantes de pueblos originarios, fundamentalmente sobre la cordillera. Aunque no se habla de terratenientes, si de una clase proietaria trelewense donde se funde lo ganadero y lo comercial.
La presencia del estado nacional se hará patente con la imposición del idioma, la escuela pública laica y una mayor presencia de la iglesia católica que argentinizó de modo no siempre suave a los descendientes galeses. A su vez el arribo del peronismo significó el robustecimiento de los sindicatos, entre los que se contaron los sindicatos de empleados de comercio, textil, administración pública y de empresas nacionales en particular, que consolidan su presencia social y política, cuyos máximos exponentes hoy son los sindicatos de Luz y Fuerza y Camioneros.
El período de proscripción del peronismo y dictaduras tuvo su impacto en 1972 con la tristemente célebre Masacre de Trelew, durante la dictadura de Lanusse, donde un grupo de presos políticos del penal U6 que no llegan a fugar y se rinden, son cobardemente asesinados en la Base Naval Almirante Zar. Dos consecuencias se derivan de este fatídico hecho. Por un lado la solidaridad en el alojamiento de los familiares y abogados de los presos por parte de vecinos genera una cierta polítización en la comunidad, que se pone en acto con la movilización y pueblada posterior al secuestro como represalia de reconocidos vecinos de la ciudad luego de los fusilamientos. Con la consolidación de la fecha como homenaje a las víctimas y el pedido de Memoria, Verdad y Justicia, se despliega en el tiempo una militancia social y de derechos humanos no menor. Por otro lado, el impacto nacional y mundial de la matanza le otorga al nombre de la ciudad de Trelew un volumen símbolico que la ubica a partir de allí en otro plano político.

Trelew: su densidad política

La conquista de la democracia en 1983 encuentra a Trelew con un vigoroso parque industrial textil, 5.000 obreros en su pico (que luego tras años de políticas neoliberales se desinflará a un promedio de 1.500). Sin embargo, según el profesor Fernández Picolo, otro cambio opera fuerte: desde 1983 empieza a bajar la proporción de cargos de carrera en la administración pública provincial y aumentan los cargos políticos y nombramiento de asesores.
Para el candidato a intendente por Chubut Somos Todos Adrián Maderna, la razón por la que hay tanta militancia política en Trelew es “porque se basa en una cuestión muy territorial. De aquí han salido los principales políticos de la provincia, sea peronistas, radicales o de otros partidos. Tiene que ver con la idioscincracia de la ciudad de Trelew, donde se palpita política desde una asociación vecinal, una cooperadora, desde los clubes de fútbol, desde lo barrial y todo eso hace a la mística de la ciudad misma”.
Por caso, la ciudad tuvo cierres de campaña multitudinarios de sus tres principales candidatos a intendente. Tanto Maderna como McKarthy convocaron cerca de 4 mil personas cada uno, mientras que el actual intendente de Trelew Máximo Perez Catán, perdedor de la interna por el espacio dasnevista, reunió cerca de 5 mil personas. Otro indicador interesante de resaltar es la práctica de “llevar a votar” a ciudadanos el dia de las elecciones en coches partidarios. Según fuentes dasnevistas, esta práctica extendida en el valle y Puerto Madryn, contó en Trelew tanto en el espacio de Maderna como en el de Pérez Catán con 400 autos cada uno aproximadamente, mientras que en Comodoro Rivadavia fueron 100 los autos totales dedicados a ello por ese sector.
Para el Secretario de Trabajo Federico Ruffa, también tiene que ver con la idiosincracia de las ciudades, que se deriva de su actividad económica: llama la atención que cualquier ministro provincial camina por Comodoro y es ignorado, mientras que en el valle un intendente o funcionario es casi una celebridad. En Comodoro no ves que se despierte fácilmente esa pasión por la política. Tal vez esté cambiando lo que significaba “la política” desde que tienen un gobernador, antes significaba otra cosa.
El nivel de empleo público incide tal vez desde la concepción de éxito, donde “el éxito para un comodorense es dirigir una empresa de servicios petroleros. U ocupar un lugar importante en el organigrama de alguna de las empresas de Cristóbal López o Pan American Energy. Personas como el Gobernador Martín Buzzi, que tengan esa vocación política y necesidad de ocupar espacios de poder público en Comodoro Rivadavia, son una rareza”, opina Ruffa.
Según fuentes de la Secretaría de Estadística y Censos de la provincia, existían en 2013 41.239 empleados públicos provinciales sobre una población de 545.656, lo que daba un promedio de 76 empleados públicos cada mil habitantes. Sin embargo, en 2012 comodoro tenía 8.383 empleados públicos proviciales sobre una población de 177 mil habitantes (4,7 %, según el censo 2010), mientras que Rawson contaba con 6.335 empleados públicos entre sus 26 mil habitantes (24%, según censo 2010). Trelew por su parte registra 9.078 empleados públicos provinciales por sus 99.500 habitantes (9%, según censo 2010). Si bien estos números poblacionales están desactualizados, si puede verse una tendencia y una proporción clara.
Ese desinterés por lo público en Comodoro Rivadavia conspira en una cierta falta de generación de cuadros dirigenciales, funcionarios públicos. Naturalmente, el espacio de las organziaciones partidarias territoriales es ocupado tanto en Comodoro como en Madryn, ciudades con mayor presencia del mercado que del estado, por los sindicatos y clubes de fútbol. En opinión de Ruffa, “las organizaciones políticas más fuertes de la provincia existen en el valle. El ejemplo del vice gobernador con una agrupación que fundó su padre hace treinta años es un buen ejemplo. Eso tal vez en Comodoro no lo encontrás, si tal vez lo veas en los sindicatos, donde se hace mucha política. Son protagonistas de la politica, desde la cantidad de gente que involucran, hasta en el plano económico. Si vos ves al sindicato de petroleros, con sus 12 mil afiliados, son un electorado más grande que el de muchas ciudades pequeñas de la provincia.

Das Neves y Buzzi. ¿Trelew versus Comodoro?

Si bien en todas las provincias existen regionalismos, Chubut está atravesando momentos de intensas tensiones. ¿Es común que las unidades políticas más chicas se junten contra las más grandes, como puede ser el caso de las provincias argentinas contra la de Buenos Aires? ¿Es normal la influencia de una ciudad capital en el aparato administrativo y judicial de una provincia, como puede ser el caso de la ciudad de La Plata y el aparato judicial bonaerense?
Luego de la restitución al territorio chubutense de la zona sur, comprendida entre 1943 y 1955 por la Gobernación Militar con asiento en Comodoro Rivadavia y que abarcaba también el norte de Santa Cruz, la mayor diferencia en cuanto a densidad demográfica del valle en aquel entonces pesó definitivamente en la elección de Rawson como asiento de la capital provincial. 
La capitalización de Rawson forjó en un punto cierta alianza de Trelew con Esquel, apreciable en la elección de varios gobernadores y vices de ambas ciudades, en un momento donde Puerto Madryn no tenía peso propio como hoy sí tiene. Trelew erigió como gobernadores a los radicales Galina (1958), Viglione (1983), Maestro (1991-1999) y al peronista Das Neves (2003-2011). Desde Esquel llegaron a la gobernación los peronistas Fernández (1973), Perl (1987) y también el radical Lizurume (1999). 
Si bien Comodoro Rivadavia tuvo en el pasado un gobernador de Chubut oriundo de dicha ciudad en la figura del radical Roque González (1963), es hoy con el actual gobernador Martín Buzzi que siente que ha llegado al poder político. 
Puede apreciarse en el volúmen de obras licitadas y realizadas en la zona sur, y la transferencia de recursos en general, que Comodoro siente como una necesaria reparación histórica luego de años de postergación y olvido. Sin embargo, el contexto de crisis política al interior del peronismo desde 2009 hasta la actualidad, con el rompimiento de relaciones del gobernador Martin Buzzi con sus ex aliados, los intendetes de Trelew y Puerto Madryn, derivó en acusaciones de ahogo financiero y mala liquidación de la coparticipación provincial.

¿Tan Distintas?

Para Ruffa “las tres grandes concentraciones urbanas casi implican tres provincias distintas: Comodoro y el sur; Trelew y el valle (con Madryn cerca, pero distinta) y Esquel con la comarca andina. Los problemas son distintos y la forma de encarar y ver las cosas de parte de la dirigencia política y sindical es distinta. Hay una idea de que Chubut termina siendo algo que se parece mucho a una confederación”.
Maderna por su parte ve la relación histórica entre Comodoro y el valle como “algo muy particular. Siempre hubo un distanciamiento. Soy un convencido de que acá no hay que distanciar la relación, hay que unificar. Creo que pueden ser dos potencias, cada una en lo suyo. Trelew desde lo agroalimentario y servicios; Comodoro tiene la particularidad del petróleo. Son dos ciudades pujantes que están en la misma provincia. Creo que la rivalidad no existe en la gente, existe a veces en una dirigencia que le conviene que exista y la alimenta. Hay que gobernar para todos y repartir la torta equitativamente. Buzzi no fue justo con Trelew, Madryn y Pirámides estos últimos cuatro años. Solamente mirando el presupuesto vos te das cuenta donde se destinan la mayoría de las obras. Él podrá tener su fundamento o no, pero yo creo que Trelew ha entrado en un pozo en los últimos cuatro años”.
Daniel Enhes, analista financiero y ex secretario de hacienda de Puerto Madryn, publicó en el diario Jornada una columna que incluyó un cuadro sobre la “Distribución Recursos Coparticipados a Municipios 2014/2013”. Allí se observan los cuatro primeros lugares ocupados por Rada Tilly, Comodoro Rivadavia, Sarmiento y Rio Mayo, con variaciones de recursos coparticipados entre 2013 y 2014 que van desde el 96% al 214%. En ese mismo cuadro pueden verse a Puerto Madryn ocupando el puesto numero diez, Puerto Pirámides el quince, Rawson en el puesto 20, Esquel y Trelew en los puestos 25 y 26 respectivamente, de un total de 28 muncipios.

El actual intendente de Trelew, Máximo Pérez Catán declaró en su momento en este medio sobre la relación con el gobierno provincial: “nos acusaban de que no presentamos proyectos, asique presentamos una serie de obras por 1.500 millones en tres años, considerando que el presupuesto de la provincia en 2014 fue de 15 mil millones. Incluía loteo con servicios, viviendas, el nuevo hospital, centros de encuentros.”
En relación a los municipios, Ruffa considera que “Chubut es una provincia atípica donde los municipios cuentan con mucha autonomía fiscal, recaudando Ingresos Brutos por ejemplo. A veces las ciudades no ejercen la presión fiscal que deberían, por no enemistarse con algún sector y perder votos”.
La realidad es que los municipios en Chubut tienen un grado de autonomía muy grande desde su fundación por los galeses, lo que sumado a casi cien años de vida de municipios sin una provincia constitucionalmente organizada que las contuviera políticamente, genera un efecto de ciudades con fuerte peso político y una identidad política provincial débil, víctima fácil de los regionalismos.
Sin embargo, los distintos sectores políticos consultados de Trelew no ven que los gobernadores oriundos de dicha ciudad hayan sido injustos con Comodoro Rivadavia, y dan como ejemplo el puerto realizado por el radical Maestro; o el acueducto, el camino Juan D. Peron y los centros de salud y escuelas realizados en la gobernación del peronista Das Neves.
Para Ruffa no obstante, la llave de la solución es la herramienta de la coparticipación provincial, sumado a un recambio generacional que licúe ciertos vedetismos políticos que alimentan las disputas regionales. “Hay un reto al futuro, unir aún más la provincia y sobretodo evitar un futuro de revanchas y contra revanchas, donde uno mira la población de todo del valle con Madryn, empata a Comodoro, que a su vez depende mucho del precio del petróleo que lo empodera y mueve demográficamente y cuando crece en base al precio del barril la balanza se inclinará para ese lado, o a la inversa. La dirigencia política tiene que generar lazos. Se necesitan paños fríos y que la política no se aproveche de los regionalismos, termina siendo dañino. Lo que hay que lograr es una mesa de negociación que pueda fijar criterios objetivos y claros donde cada región se vaya pensando que gana algo. Todos tienen que sentir que el gobernador de fontana 50 es el gobernador de todos”.

lunes, 31 de agosto de 2015

Brasil en la encrucijada


Entrevista exclusiva a Amilcar Salas Oroño, doctor en Ciencias Sociales y autor del libro Ideología y Democracia.

por Santiago Costa



Por qué es importante Brasil para argentina
Brasil es para Argentina, no solo el principal socio comercial y político, sino un destino histórico en sí mismo. Si Brasil se resfría, Argentina se engripa. Se entiende esto con solo ver la relación comercial del país con el mundo: a Europa siempre se exportó alimentos y se compró manufacturas. Estados Unidos ni siquiera compra a Argentina alimentos, porque los produce: son economías que no se complementan. China hoy compra soja y vende productos industriales masivamente. Pero es a Brasil a donde van los productos industrializados argentinos, cuyo símbolo es la industria automotriz. Es el mercado brasilero, la clase media brasilera, además del propio mercado interno local, lo que tracciona la industrialización argentina.

Brasil se encuentra, desde la llegada de Lula Da Silva y el Partido de los Trabajadores al poder en 2003, con sintonía política con latinoamerica en general y Argentina en particular. Impulsa la autonomía de la región respecto de Estados Unidos y la multipolaridad mundial de la mano de las potencias emergentes de la cual forma parte, los BRICS.

Sin embargo, la crisis internacional impacta duro y una recesión, aumento del desempleo y devaluación del real aumentan los conflictos sociales. Una crisis política notoria, con escándalos de corrupción, bombardeo mediático, multitudinarias marchas opositoras en las grandes ciudades y una imagen presidencial derrumbada en 13% que ha generado una fractura en la coalición de gobierno.

Es que el PT no tiene mayoría de gobernadores ni de congresistas. ¿Cómo puede ser que, luego de 13 años en el poder, el PT cuente con 80 diputados sobre 510?
Para entender este fenómeno, Política Argentina entrevistó al politólogo especializado en Brasil Amílcar Salas Oroño (Magister en Ciencia Política por la Universidade de São Paulo; Dr. en Ciencias Sociales en la Facultad de Ciencias Sociales -UBA-; Ayudante en la materia “Política Latinoamericana” de la Carrera de Ciencia Política de la misma facultad).

Decís que Lula y el PT fueron exitosos en la construcción de alianzas, de un presidencialismo de coalición. También hablás de un fenómeno de "descaracterización ideológica" que deja al PT a merced de sus aliados. ¿Cuándo y por qué comienza eso?
Hay un cambio en la composición de la coalición gubernamental; no es lo mismo la coalición que lleva a Lula en la elección del 2002 que la que acompaña la reelección de Dilma Rousseff en el 2014, no sólo por la cantidad de partidos en un caso y otro (5 y 10, respectivamente) sino por las idiosincrasias de los mismos. En ese trayecto de tiempo, lo que hay son entradas y salidas de partidos aliados consolidando, en líneas generales, una coalición gubernamental con menores definiciones ideológicos – de allí la ideas de la “descaracterización ideológica”.

El PMDB tiene cuotas substantivas de poder en los diferentes ámbitos de la escena política brasileña: es el primer partido en número de gobernaciones (7), el que cuenta con la mayor cantidad de intendencias en todo el país (1022, distribuidas en las distintas regiones), controla varios Ministerios, preside la Cámara de Diputados y la de Senadores, y el presidente del Partido – Michel Temer – es, a su vez, el Vicepresidente de Dilma. Un factor clave en la correlación de fuerzas políticas del país.
Mientras que el Presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha impulsa el “impeachment”, el titular de la Cámara de Senadores, Renán Calheiros, también del PMDB, mantiene el apoyo al gobierno del que forma parte.

En resumen puede decirse lo siguiente: las “necesidades” del presidencialismo de coalición, la necesidad de tener que formar mayorías parlamentarias, fue llevando al PT – sobre todo después del 2005 – a tener que asociarse cada vez más con los elementos más conservadores del sistema político, lo que indudablemente tuvo consecuencias en su propia identidad.

El sistema electoral de Brasil, de lista cerrada pero no bloqueada, donde se elige a los candidatos por sobre los partidos, genera una disciplina partidaria débil. Eso sumado a un federalismo fuerte que asocia descentralización con democratización, dificulta la construcción de mayorías. ¿Casos como el Petrolao o Lava Jato demuestran que la corrupción es la forma que el sistema encuentra de construir mayorías? 
No creo que la corrupción, en la forma de intercambios como los que se describen en el escándalo de Petrolao, por ejemplo, sea una invariante para siempre de la política brasileña. Es cierto que el propio sistema político muchas veces no da respuestas a los problemas coordinación federal o bien no estimula una fidelidad partidaria alta; precisamente esos son aspectos que deberían tratarse en la Reforma Política, prometida repetidas veces por Dilma Rousseff pero cuyo avance ha sido muy escaso.
La legislación brasilera establece la financiación privada de la política, por lo que no hay otro mecanismo para ello que el de las donaciones de empresas que son prestatarias del Estado. Dilma propuso la reforma política, a través de la cual se terminaría con la financiación privada de la política y se votarían partidos y no candidatos. No encontró ni dentro de los partidos aliados a su gobierno el apoyo a dicha medida.

Incluso el Proyecto de Reforma Política actual - que tiene una parcial aprobación en el Congreso- no resuelve de raíz ninguno de los problemas citados. Y podría decirse, en un sentido más cultural, que con estos escándalos de corrupción – que involucran también a miembros del Partido dos Trabalhadores – ha vuelto un descrédito medio general sobre la clase política, sobre los representantes políticos. Habrá que ver cómo ese desencanto ciudadano se va presentando, pero ese pareciera ser una de las principales consecuencias de no haber hecho una Reforma Política a tiempo.

¿Cuánto de la solución a la crisis política es una ley de medios, cuánto una reforma política y cuánto una profundización del modelo nacional-desarrollista distribuidor?
Más que hablar de una crisis – política, económica, etc- me parece mejor hablar de impasse, es decir, hoy en día en Brasil se está en un momento en el que los elementos de diversas dimensiones de la realidad brasileña están detenidos, desconcertantes, respecto de una trayectoria como la que se venía visualizando hace unos años. En esta distinción entre “crisis” e “impasse” uno podría preguntarse: cuál de los aspectos es el que está peor, si el económico, el político o el mediático. Todos estos órdenes deben ser corregidos. Pero lo que me parece más problemático es la forma en cómo se ha dejado de lado una determinada perspectiva “desarrollista” en materia económica. Brasil tiene una larga tradición de heterodoxia económica “nacional-desarrollista” o “desarrollista”, con cuadros políticos y técnicos que han asumido puestos del Estado en su momento, dando debates, generando un conocimiento económico que fue impregnando un determinado sentido histórico al proceso de desarrollo brasileño. Pues bien, la forma en la que se ha incorporado a Joaquim Levy al Ministerio de Economía, un economista que nada tiene que ver con esa rica tradición del pensamiento económico sino todo lo contrario, me parece que es más grave de lo que parece.

Con más de 350 mil despidos, una recaudación a la baja, el valor más alto del dólar desde hace 12 años, un retroceso del 35% de las inversiones extranjeras en comparación con el año pasado y un nivel de actividad en franco retroceso, en casi todos los sectores Joaquim Levy, solo atina a reducir el gasto público.

Simbólicamente, me parece grave: J. Levy fue, hasta hace menos de un año, Director de Bradesco - el mismo banco que tuvo lucros récords en el primer trimestre de este año 2015- es decir, es un hombre muy identificado con el mundo financiero, lo contrario a una noción de “desarrollo”, ni hablar de los trabajadores. Esto refuerza una idea que costó mucho desarmar y que, aparentemente, con el nombramiento de J. Levy vuelve a instalarse: que Brasil debe ser gobernado por los técnicos, los especialistas, los que se han formado fuera del país, las elites, que la mirada sobre los asuntos del país no puede ser hecha desde una heterodoxia nacional-popular sino que debe ser anclada en la una visión consagrada con criterios internacionales, donde el reconocimiento esté, fundamentalmente, en el exterior.

Lula, que parece haber perdido inmunidad frente a las críticas, se anima a pedir correcciones de rumbo al gobierno de Dilma. Pide una renovación en el PT y mayor protagonismo a la juventud, pero sería el candidato en 2018 siendo un anciano. ¿Cómo ves su rol?
El rol de Lula no puede preverse todavía; falta mucho y, por la gravedad de las circunstancias, no creo que sea conveniente detenerse en si va a ser candidato o no. Sobre Lula también ha recaído un poco el clima de desencanto y descrédito general que hay respecto de la clase política, de los representantes políticos. A diferencia de lo que había ocurrido en el 2005, hoy en día Lula no tiene esa posibilidad de colocarse por fuera del sistema político; lo que muchos analistas advierten de que en realidad se trata de avanzar sobre Dilma para impedir una candidatura de Lula, es suponer que Lula de por sí vence cualquier elección, y no creo que sea así. 

lunes, 24 de agosto de 2015

“Ningún gobernador bonaerense llegó porque todos se pelearon con el presidente” (entrevista a Pablo Ibáñez, autor de "Scioli Secreto")


Hijo de la burguesía comercial mercadointernista argentina, Scioli fue un joven cheto y despolitizado en los setenta; un deportista farandulero con novia modelo en los ochenta y un sobreviviente que se repuso a su trágico accidente y decidió meterse en política en los noventa. ¿Pero quién es verdaderamente Daniel Scioli? ¿Qué es? ¿Lo que dice, lo que hace?
Santiago Costa entrevistó a Pablo Ibáñez, biógrafo y coautor junto a Walter Schmidt del libro Scioli Secreto. Allí se cuenta la obsesión de Scioli con la fama, con ser “popular”, al punto de transformar un deporte de élite como el off-shore, en un fenómeno televisivo y orgullo nacional argentino. Allí se ve la importancia de Romay y Canal 9 en la creación de la “marca Scioli”. El libro explora como su origen empresario lo liga a la noción de consumo, como su costado deportista se traduce en valores como la tenacidad, la resistencia, la competencia y la búsqueda de nuevos desafíos que aplica a la política. El costado poco conocido del Scioli ajedrecista se mezcla con una pasión por la “cultura popular” entendida en clave de farándula criolla.
Su ingreso a la política de la mano de Carlos Menem (en plena transformación de los partidos políticos e impacto de la TV, donde la imagen de un candidato es un activo invalorable) lo muestra como un rápido aprendiz de sus distintos maestros: Menem, Duhalde, Kirchner. A todos demostró una inquebrantable lealtad acompañándolos incluso hastaadentro del cementerio: a Menem visitó en prisión y jamás habló mal de él, a pesar de enfrentarlo en elecciones. Con Duhalde siempre mantuvo diálogo, aún después de optar por Kirchner en 2005. A Néstor lo acompañó incluso después de la crisis por la 125 cuando tantos dirigentes peronistas “se dieron vuelta”, aún en las candidaturas testimoniales de 2009.

ABC en Línea (ABC): Muchos ven en Scioli no a un outsider de la política, sino casi a un iletrado. En el libro vos decís que en la “biblioteca” Scioli hace deporte. Sin embargo, tenés a un tipo forjado en la adversidad física, acostumbrado a tolerar la presión del dolor de un miembro fantasma y apasionado del ajedrez, que sabemos desarrolla la estrategia. ¿Ves en la postura pasiva de Scioli y su templanza a un estratega?

Pablo Ibáñez (PI): Scioli no es un intelectual y no le importa serlo. Prefiere escuchar a leer y es un obsesivo de la síntesis. El papa Francisco le recomendó un libro y él pidió que le hagan un resumen. Hay, quizá por su carácter de deportista y porque nunca tuvo una relación ni familiar ni personal con lo intelectual –en el sentido clásico, al menos- un rasgo físico en su conducta, y en la política lo ha expresado: el sentido de la resistencia, cuando por caso atravesó momentos durísimos con los Kirchner. De ahí su disciplina para no pegar el portazo y aguantarse, por entender que su instrumento electoral para llegar al presidente era el FPV, es la conducta de un competidor. Su pasividad ha sido una mezcla de sumisión a sus jefes y, a la vez, una estrategia.

ABC: ¿Cómo crees que se desarrolla la dialéctica entre el entorno político de Scioli (su equipo de funcionarios más cercanos) y el “grupo de fin de semana”, esa mezcla de jet set y empresarios frontalmente antikirchneristas? ¿Unos pertenecen al ámbito de lo público y otros de lo privado y eso no se mezcla, o puede el “grupo de fin de semana” influir en decisiones políticas?

PI: En el libro que escribimos con Walter Schmidt hacemos esa distinción: hay un sciolismo weekend y un sciolismo político que rara vez se juntan. Scioli tiene muy diversificado esos espacios aunque, a esta altura, es un político full time pero a la hora de tomar decisiones políticas se recuesta en sus laderos políticos. Por caso, sus amigos y su familia fueron una usina crítica ante los malos modos que supo usar Cristina con él y hasta le sugerían romper, pero él se recostó sobre su grupo político y se mantuvo dentro.
La historia de Scioli está cruzada por un deseo de popularidad, de ser querido. Cuando ingresó en la política lo entendió del mismo modo, pensando desde el primer instante en la idea de llegar al punto más alto de esa competencia

ABC: Scioli escucha mucho a Duhalde y otros dirigentes políticos, pero dice una frase que reza “con mi culo son todos putos”. ¿Hasta dónde es influenciable por los distintos consiglieris de la política?

PI: Scioli escucha a muchos. De Corach a Samid, de Lula Da Silva a Amado Boudou, pero suele buscar, además de consejos, argumentos y visiones externas que confirmen su posturas. Es influenciable, pero también es obstinado.

ABC: Vos contás que, como hijos de una misma generación de la gran burguesía argentina, tanto Scioli como Macri y De Nárvaez se conocen y tienen amistad desde los noventa. Sin embargo, los tres tienen recorridos políticos disímiles por no decir antagónicos. ¿Cómo ves vos que desde un mismo punto de partida se pueda tener recorridos tan distintos, hay un aprendizaje y una evolución allí?

PI: Si, son compinches de los ´90, se conocen hace muchos años y mantienen una relación cordial. El dato más atípico en ese sentido es Macri, que a diferencia de Scioli y De Narváez que antes o después se acoplaron al peronismo, decidió aventurarse en un armado político apolítico o, si se quiere, no ideológico. Es complejo definirlo pero tiendo a creer que hubo, por un lado, la idea de entender como mejor instrumento de poder al peronismo y por otro, con Macri (que nunca tuvo jefe salvo su padre) la pretensión de ser su propio jefe.

ABC: La mayoría de los biógrafos coinciden en marcar algo en común de los grandes dirigentes políticos: son una esponja que aprenden constantemente, reteniendo información con una memoria prodigiosa que les permite manejar temas complejos de forma simple y articular discurso, sintetizar. ¿Ves esa característica en Scioli, aún despojada de ribetes intelectuales?

PI: Si, sus colaboradores lo repiten: tienen capacidad de aprendizaje y poder de síntesis. Y hay, además, una dosis importante de intuición.

ABC: ¿Cómo influye la ambición y la necesidad de desafíos del Scioli deportista, su valentía en relación a la adrenalina de la velocidad, su pasión por el ajedrez en su método de conducción?

PI: La historia de Scioli está cruzada por un deseo de popularidad, de ser querido. Intentó con varios deportes hasta llegar a la motonáutica y cuando ingresó en la política lo entendió del mismo modo y ahí sí, con un rasgo deportivo, pensando desde el primer instante en la idea de llegar al punto más alto de esa competencia, la presidencia.
El sciolismo no es un espacio político clásico, no tiene intendentes y diputados, pero tiene una estructura a esta altura bastante amplia de funcionarios

ABC: Muchos hacen la comparación de Karina con Claire Underwood de House of Cards. Sabiendo que Scioli es un ajedrecista que sabe el valor de una reina, ¿Cómo ves el rol político de Karina hoy y en el futuro?

PI: Si, Karina tiene un rol actual y seguro lo tendrá, eventualmente, en el futuro. Es, fuera del propio Scioli, la mejor vocera de Scioli. Karina le aporta una dosis de calidez y cercanía a un Scioli que es acartonado y frío. Lo niegan y lo negarán pero como en toda sociedad matrimonial política en algún momento Karina puede convertirse en candidata.

ABC: Teniendo en cuenta que el sciolismo no pasa de 20 funcionarios de primera línea y que Scioli construyó una gran relación con los gobernadores peronistas y seguramente les pida funcionarios de nivel de sus provincias: ¿Crees que fue eso, amén de las encuestas, lo que podría romper la famosa “maldición bonaerense” de que nunca un gobernador haya llegado a la Rosada?

PI: El sciolismo no es un espacio político clásico, no tiene intendentes y diputados, pero tiene una estructura a esta altura bastante amplia de funcionarios. Así y todo, Scioli va a integrar a otros actores de peronismo. Sobre la maldición, Scioli usa una respuesta bien simple: ningún gobernador bonaerense llegó porque todos se pelearon con el presidente. Por eso, entre otras cosas, él no se peleó con los Kirchner.

ABC: Se podría decir que Scioli llegó tarde al menemismo y llegó tarde al duhaldismo. Estuvo en Anillaco en la elección del ´99, acompañó a Rodríguez Saá desde Chapadmalal hasta San Luis a presentar la renuncia. ¿Cómo se entiende esta lealtad de entrar al cementerio y salir indemne?

PI: Creo que ahí hay una gran interpretación de los ánimos: fíjate que Scioli no oculta su pasado, no niega ninguna relación política del pasado, lo contrario a lo que suele ocurrir en política donde muchas veces se termina cuestionando ferozmente a quien un tiempo atrás se vanagloriaba. Eso opera como un anticuerpo.

ABC: ¿Crees que Scioli habló con Massa en 2013 tentado a pegar el salto por el destrato relacionado con el ahogamiento financiero de Nación, evidenciado en el conflicto por el aguinaldo de los estatales y la paritaria docente, o “usó” a Massa como factor externo para tensar la cuerda con la Rosada y lograr mayor margen de negociación electoral, algo que finalmente no consiguió?

PI: Es un mix de esas y otras cuestiones. La tentación, el riesgo de un posterior castigo, el peso de gobernar la provincia -lo de la maldición y la pelea con los presidentes- fueron una serie de elementos que se combinaron para que negocie y para que luego dé marcha atrás. La sensación es que prácticamente en todo momento, aún cuando avanzó la negociación, Scioli pensaba en no cerrar.
Scioli no oculta su pasado, no niega ninguna relación política del pasado

ABC: Ustedes cuentan en el libro el período de Scioli desde que es electo vice hasta que Kirchner lo disciplina. Sus contactos con empresarios, sus viajes al exterior, sus declaraciones públicas antagónicas al presidente en temas sensibles (D.D.H.H., tarifas). Algunos cuando leyeron el libro dijeron: “ese es el verdadero Scioli, el Scioli suelto”. ¿Ustedes creen que esa es “la esencia” de Scioli o ven una evolución desde ese 2003 hacia acá?

PI: Particularmente creo que Scioli aprendió y palpó por donde van determinados aspectos, diferentes a lo que ocurría en 2003. En el momento en que lo hizo, Kirchner era un presidente débil y hubo cierto desafío. Puede haber algo de aquella esencia pero el tiempo es otro y Scioli parece ser otro.

ABC: Ustedes cuentan el feroz disciplinamiento, alimentado en la desconfianza, que Kirchner le impuso a Scioli, que implicó un silencio de radio, vacío político y aislamiento del resto de los funcionarios. También como el único canal orgánico de Scioli fue Alberto Fernández y como logró “inventarse trabajo” con SenadoTV y los Premios Sarmiento. ¿Creen que Scioli sabe cómo tratar a un vice rebelde o los verdaderos márgenes de acción de un vice, pensando en un choque con Zannini?

PI: Hasta ahora ha tratado con vices rebeldes y, con el tiempo, logró sino disciplinarlos, al menos ponerlos de su lado. Puede, además, tener otra ventaja: Scioli conoce el Senado y conoce el rol de vice, por lo tanto podría detectar, en caso que ganen, con cierta facilidad si Zannini está jugando mal.

ABC: ¿Creen que con todas estas actas-compromiso en inversiones que Scioli firma en las provincias replican el modelo de los acuerdos de reparación histórica que firmó Kirchner en su momento?

PI: No, en el sentido clásico. Sí da la impresión que Scioli, como eventual presidente, sería menos centralizador que otros presidentes.
Scioli conoce el Senado y conoce el rol de vice, por lo tanto podría detectar, en caso que ganen, con cierta facilidad si Zannini está jugando mal

ABC: Mora y Araujo supo decir que la diferencia entre Macri y Scioli en relación a los empresarios es que el primero se siente más cómodo con los “grandes” mientras que Scioli tiene una visión más PyME. ¿Se puede hablar de un representante de la burguesía nacional mercadointernista?

PI: “Manolo” Mora fue uno de los primeros que lo asesoró a Scioli, en los ´90. Lo conoce hace mucho. Es una traslación del volumen de las empresas familiares de cada uno pero ambos pueden entrar en esa calificación.

ABC: A Scioli le “impusieron” de vice a Balestrini y a Mariotto y a los dos los sedujo al punto de lograr una excelente relación personal y política. ¿Cree que suceda eso con Zannini?

PI: No creo que dependa de voluntades personales. Zannini es Cristina y no creo que deje de ser Cristina. Podrán tener una relación cordial o no confrontar pero no creo que se repita, por caso, lo de Mariotto.

ABC: Scioli tuvo una gestión gris en PBA, producto tal vez del desfinanciamiento estructural derivado de la injusta coparticipación federal. Sin embargo supo subir los impuestos al juego, telefonía y al inmobiliario rural, medida que le costó la toma de la Legislatura por parte de Biolcati y la Mesa de Enlace. ¿Puede decirse que Scioli aprendió a gestionar en la adversidad financiera y no duda en financiar al estado, soportando presiones sectoriales, aún sin tanta alharaca ideológica?

PI: Scioli es negociador y acuerdista. Cierta variación impositiva al campo generó tensiones a pesar de que no fue un negocio directo. Los otros rubros no han generado tensión extrema. Gobierna desfinanciado, o asistido de emergencia, y claramente los modos son otros.

ABC: ¿Cómo evalúas el rol de Lautaro Mauro, que es parte del antikirchnerista círculo privado de los fines de semana, pero que también participa de funciones políticas?

PI: Es una figura que está muy cerca de Scioli.
Scioli es, a esta altura, no sólo un profesional de la comunicación política sino también un profesional de la política

ABC: Ustedes plantean que el Scioli público es una construcción, casi al modo de un “personaje” televisivo que repite un mantra en forma natural, luego perfeccionado por el asesor norteamericano Carville, pero que ello obedece a una estrategia política, que traduce imagen en votos, y no ideológica. ¿El Scioli secreto es el futbolero calentón, obsesivo con la comida, hiperquinético y ansioso y no el personaje zen? ¿No es una dicotomía en clave ideológica?

PI: Puede ser. Uno es cómo se comporta en la cancha decía un amigo. Pero también son planos distintos y Scioli es, a esta altura, no sólo un profesional de la comunicación política sino también un profesional de la política.

ABC: En plan de gobierno ustedes ven al hijo de Casa Scioli, un tipo criado como gran comerciante mercadointernista que no propone paralizar la demanda-consumo para bajar la inflación sino fomentar la inversión. ¿Se podría decir que estamos en presencia, no de un representante pero si de un interlocutor de la semiextinta burguesía nacional?

PI: En ese aspecto, Scioli aparece como un continuista de lo que ha hecho el kirchnerismo en estos años en materia de consumo y mercado interno.

ABC: Ustedes cuentan que Scioli es un admirador de Brasil y su sistema de aparcería, de inversión mixta público-privada. ¿Lo ven tomando deuda para realizar infraestructura en transporte y energía, desarrollando la minería?

PI: Sí, la aparcería es un factor que repite Scioli, lo plantea como un punto intermedio entre el estatismo y la ausencia del Estado. Es teoría, claro. La práctica es mucho más compleja. Sobre todo porque pone como prioridad justamente eso: salir a buscar inversiones y a conseguir divisas, lo cual seguramente implicará establecer algunas reglas y condiciones que hoy no existen. El mercado no se maneja por voluntarismo.
Publicado en Abcenlinea.com.ar