lunes, 27 de julio de 2015

Elecciones en Chubut: duelo entre el "efecto arrastre" y el "corte de boleta"

La contienda electoral chubutense muestra una fuerte competencia y paridad de cara a las primarias de agosto y la primera vuelta de octubre, donde se define: el próximo gobernador, tres senadores, tres diputados y la Legislatura provincial completa.


por Santiago Costa
Publicado en politicargentina.com

El actual gobernador Martín Buzzi busca reelegir a través de un PJ-FVP que, si bien estuvo atravesado por internas y liderazgos que compiten fuertemente entre sí como se demostró en el último Congreso partidario provincial, una vez oficializada la lista salió a jugar fuerte y en bloque como manda la tradición y el espanto a la derrota que el peronismo lleva en sus genes.

Es que enfrente se encuentra el ex gobernador Mario Das Neves, figura taquillera por sus buenas dos gestiones provinciales, aunque con la poca estructura de un partido “a estrenar”, Chubut Somos Todos, con el que plantea una estrategia transversal y un discurso provincialista al estilo del Movimiento Popular Neuquino.

Para entender el escenario chubutense se debe prestar atención no solo a la historia política reciente, sino al peso de los regionalismos y el duelo que seguramente se dará entre el “efecto arrastre” de la figura de Scioli hacia el gobernador Martín Buzzi y el corte de boleta en favor de Das Neves.

Elección con la provincia como distrito único, Comodoro Rivadavia representa el 33% del padrón. El gobernador Martín Buzzi es oriundo de esta ciudad, donde el ex gobernador Mario Das Neves encontró siempre cierta resistencia por ser de Trelew ("del valle"). La tradicional disputa entre la capital económica y la capital política, aunque en lo formal lo sea Rawson, existe y no es menor.

Historia reciente: un divorcio peronista

Chubut, al igual que Mendoza, siempre se caracterizó por la alternancia entre la UCR y el PJ. El radicalismo tuvo un ciclo largo desde 1991 a 2003 con Maestro (dos mandatos) y Lizurume. Fue Mario Das Neves quien logró el retorno del peronismo al poder, ganando en 2003, 2007 y 2011 (Martín Buzzi fue su heredero), incluso reduciendo al radicalismo a la nada al crear un partido ad hoc, Proyecto Vecinal Chubutense (ProVeCh), y sumar en 2007 a muchos intendentes radicales reconvertidos en “vecinalistas” como colectora.

Sin embargo, la disputa con el gobierno nacional fracturó al PJ-FpV en 2009-2011 y surgieron liderazgos alternativos a Das Neves: Norberto Yahuar (Trelew), Carlos Eliceche (Puerto Madryn), Norberto “Tano” Di Pierro (Comodoro Rivadavia) y “Rafa” Williams (Esquel).

Las elecciones 2011 hicieron estallar la interna peronista. En un empate de ambos frentes en 36%, el candidato del ex gobernador Mario Das Neves, Martín Buzzi, ganó por tan solo 385 votos. Sin embargo, el sistema electoral para la elección de diputados provinciales planteó un dilema. Con Legislatura unicamercal, de los 27 diputados con mandato por cuatro años, 16 se lleva la mayoría, 9 la primer minoría y 2 las siguientes por sistema d´hont. El corte de boleta hizo de las suyas (en Rawson principalmente) y el resultado fue el siguiente: el PJ (Buzzi-Das Neves) ganó las intendencias de Trelew, Puerto Madryn y la gobernación; el FPV ganó las intendencias de Comodoro Rivadavia, Esquel, Rawson y la mayoría en la Legislatura.

Con la Casa Rosada y la Legislatura provincial controladas por el FpV, el gobernador Martín Buzzi se encolumnó rápidamente con el Frente para la Victoria, generando una sobre oferta de liderazgos al interior del FpV provincial que nunca se logró resolver. Su forma de disciplinar a sus ex compañeros del PJ de las ciudades opositoras fue manejando el presupuesto provincial con cuenta gotas, lo cual debilitó mucho su imagen. Habrá que ver qué nivel de incidencia tienen las distintas crisis sociales en el voto de las ciudades (inseguridad en Trelew, desempleo pesquero en Puerto Madryn, los incendios y el debate de la minería en la comarca andina, la crisis de los servicios de agua y luz en Comodoro Rivadavia, el impuesto a las ganancias en trabajadores camioneros y petroleros).

La ruptura del pacto entre la Casa Rosada y el ex gobernador Mario Das Neves (presuntamente por la incidencia del último paro general y las fuertísimas declaraciones del líder del sindicato de camioneros de Chubut y primer diputado nacional por el dasnevismo, Jorge Taboada) dejó al ex gobernador frente al problema de tener ”boleta corta”, sin categoría presidencial (había desistido previamente de llevar a Sergio Massa). El discurso marcadamente antikirchnerista de Taboada es tolerado hacia dentro de Chubut Somos Todos, no solo por el prestigio del dirigente sindical al defender sus bases, sino porque aporta la única estructura que puede garantizar la fiscalización del voto dasnevista en Comodoro Rivadavia. El discurso del actual diputado nacional Das Neves se compone del contraste de sus gestiones con la actual; un llamado a oxigenar la política con una transversalidad que convoca a extrapartidarios y un cierto relato soberanista chubutense, que oscila entre un federalismo digno y un confederalismo opositor al poder central. Es cuando Das Neves, o sus candidatos, tocan esta tecla que el gobernador Martín Buzzi se frota las manos ya que ninguna estrategia mejor para él que un enfrentamiento simplificante entre kirchnerismo y antikirchnerismo.

Desde Chubut Somos Todos, sabedores de la poca tradición de corte de boleta en la provincia, reparten y apuestan a que el mayor número de ciudadanos vaya con la boleta desde su casa, confiando en que la gente “elija a su gobernador”, y aparte, presidente.

Es posible que casi todo el mucho o poco voto de Sergio Massa en la provincia, sobre todo el anclado en la impugnación al impuesto a las ganancias que tiene gran eco en Comodoro Rivadavia entre asalariados de altos ingresos como petroleros y camioneros, vaya para Maria Das Neves. También, en incierta proporción, cierto voto cruzado con la boleta de Daniel Scioli, ya que hay una cuota no menor de dasnevistas no antikirchneristas, nostálgicos de la buena sintonía 2003-2009.

Los espejos retrovisores: 2011 y 2013

Hubo una lectura inequívoca de la elección 2011, donde se tensó la cuerda de las gratitudes y el votante chubutense mostró su simpatía al gobierno nacional y al ex gobernador Mario Das Neves en partes iguales. Sin embargo, esa elección fue “desenganchada” de la nacional y no estuvo Cristina Kirchner en la boleta del cuarto oscuro. También es real que hoy por hoy Daniel Scioli no tiene el arrastre de aquel 54%.

Puede no obstante tomarse algunos datos, sobre todo referido al corte de boleta en aquella elección, para visualizar posibles tendencias.

En 2011 el PJ (Das Neves-Buzzi) y el FPV empataron para gobernador en 33% en Comodoro Rivadavia (siendo el candidato y actual gobernador Matin Buzzi de allí). En Trelew sacó 7% de diferencia el PJ, mientras que el FpV se hizo fuerte en Esquel (8% a favor) y Puerto Madryn (7% a favor). Un golpe para el PJ fue la capital Rawson, donde el FpV sacó 15% de diferencia. El corte de boleta donde el intendente saca más puntos que el gobernador de la misma lista fue de 3% en Comodoro contra el FpV y 3% en Rawson contra el PJ. En el primer caso se explicaría por el origen comodorense del candidato a gobernador del PJ, en el segundo por cierto “voto de la administración pública” que muestra también a la UCR fuerte en la categoría a intendente. Ni Puerto Madryn ni Esquel registraron corte de boleta.
Si bien una elección ejecutiva no debe contrastarse con una legislativa, si podemos tomar la elección 2013 como una suerte de encuesta de opinión, ya que Mario Das Neves fue candidato. En esa oportunidad el ex gobernador arrasó en la provincia con el 52% de los votos, llevándose las dos diputaciones en juego, superando tanto en Rawson, Trelew, Puerto Madryn y Esquel el 60% de los votos. Sólo en Comodoro Rivadavia ganó por 9 puntos, quedando en 34%. Sin embargo lo llamativo fue la menor cantidad de votos que registro en la general el candidato del FpV Norberto Yahuar repecto de las PASO (bajó de 28% a 23%).
Sí hay que decir que la gestión del gobernador Martín Buzzi estaba en su peor momento, él no fue candidato y ambos contendientes fueron “del valle”, lo que seguramente favoreció a Mario Das Neves en Comodoro Rivadavia al no jugar la localia particularmente.

La elección 2015: categorías electorales, listas y regionalismos

El gobernador Martín Buzzi hizo una maniobra inteligente al nacionalizar la elección y apostar al efecto arrastre que le brinde Daniel Scioli presidente, jugando todo el peso de la escudería del PJ-FpV. Por su parte, también sancionó una ley PASO que será utilizada en algunos muncipios, paradójicamente, por el dasnevismo.

Mario Das Neves supera en imagen e intención de voto al gobernador Martín Buzzi y eso juega como efecto arrastre para sus intendentes, que buscan pegarse al ex gobernador, ya que sus estructuras son débiles. Es de esperar que no “empujen” hacia arriba al ex gobernador y los porcentajes de votos a gobernador superen holgadamente a la categoría de los intendentes. Existen casos de intendentes muy populares, extra partidarios en su mayoría, pero en localidades chicas donde los porcentajes elevados no harán mella numérica de votos a nivel general, salvo que Das Neves consiga todo el 14% de peso del padrón del “interior” provincial, que muestra el gráfico que abre esta nota.

Por su parte, el gobernador Martín Buzzi y el PJ-FpV cuentan con candidatos fuertes a las intendencias de Comodoro Rivadavia (el vice actual, Linares), Puerto Madryn (Eliceche, por la vuelta) y Rawson (Artero, por la reelección), donde todo presagia que ganarán. Seguramente pierda en el interior las comunas de la cordillera, la meseta y Trelew. En dicha ciudad Das Neves ha articulado una interna potente entre el actual intendente Máximo Pérez Catán (tercero en los sondeos) y el jóven ex funcionario provincial Adrián Maderna (primero en los sondeos) para enfrentar al actual vice gobernador Gustavo McCarty, que tiene el apellido taquillero de su padre, histórico dirigente. En el resto de las ciudades donde el dasnevismo va a internas (Comodoro Rivadavia, Rawson), es posible que ello lo debilite más de lo que lo fortalezca, como le sucedió al FpV en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Teniendo en cuenta que el eje combinado Puerto Madryn (15%)- Trelew (19%)- Rawson (6,5%) le gana al peso de Comodoro Rivadavia (33%) en el padrón provincial, todo se reduce a la diferencia que consiga el gobernador Martín Buzzi allí y la ventaja que Das Neves logre en “el valle”.

Tanto los pesos regionales como las lealtades partidarias pueden observarse en la confección de las listas de diputados provinciales de cada espacio.

Mientras Das Neves despliega una estrategia transversal y suma referentes sociales (muchos candidatos a intendentes de la comarca andina son ex directores de hospital, por ejemplo), el gobernador Martín Buzzi se recuesta en el peso de Comodoro Rivadavia y en su tropa propia. No es un dato menor que de los actuales legisladores por el FpV, ninguno reelige. Así, de los 16 lugares que metería saliendo primero (o los 9 seguros, saliendo segundo), puede apreciarse: 6 de Comodoro Rivadavia, 3 de Trelew, 3 de Puerto Madryn, 2 de Rawson y uno de la comarca andina. Todos funcionarios de su riñon (o del de los intendentes que lo apoyan) destacándose candidatos del Sindicato de Petroleros, Municipales y CGT Comodoro.

La lista de Das Neves muestra una extrema “descentralización” con representantes de muchas ciudades de toda la provincia, destacándose la presencia de candidatos oriundos del sindicato del petróleo y textil.

En cuanto a los cargos nacionales el FpV presentó a Juan Mario País (Comodoro Rivadavia) y Nancy González (Puerto Madryn) para cubrir las dos bancas en el Senado de la Nación. Para la categoría de Diputados Nacionales presenta a Santiago Igón (La Cámpora, Esquel), Ana Llanos y Argentina Martínez. Por último a Parlasur propone a Carlos Alfredo Béliz Pereira (Sindicato de Comercio, Trelew).

Por su parte, la lista de Chubut Somos Todos a senadores la lidera el periodista comodorense Alfredo Luenzo, seguido por Graciela Di Perna (ex ministra de salud y cuñada de Das Neves, de Trelew); mientras que, como candidatos a diputados nacionales, se confirmó a Jorge Taboada -dirigente de Camioneros-, quien será acompañado por Myriam Crespo y Ana María Barroso. Como candidato al Parlamento del Mercosur irá Horacio Crea.

Las encuestas y los apoyos

Fuentes de la mesa chica del dasnevismo manejan encuestas que lo dan al ex gobernador 10 puntos arriba, con un Daniel Scioli liderando por 9 puntos la categoría presidencial 35% a 26% frente a Mauricio Macri.

Si bien miden esas dos categorías puntuales, dejando afuera la categoría intendentes, afirman que tienen una intención del 57% de corte de boleta.

Por su parte, fuentes del gobernador Martin Buzzi manejan encuestas que lo dan a solo 3 puntos por detrás de Das Neves, con una masa de indecisos considerable que, apuestan, votarán la lista completa de FpV desde presidente a concejales.

La realidad es que, a la complejidad técnica de medir una boleta con tantas categorías y con una gran intención de corte de boleta y voto cruzado, se suman las operaciones mediáticas, con revoleo de números incluido, que hasta merecieron notas de La Politica Online por el papelón y las desmentidas de las propias encuestadoras.

Lo cierto es que las únicas encuestas fiables para gobernador y presidente, las encargó y difundió el Diario Jornada el año pasado. Dicho relevo, de González y Valladares, le asignaba entonces una intención de voto del 41,5% a Das Neves contra 20,3% del gobernador Martín Buzzi. Pero esa foto ya es sepia y el gobernador ha acortado mucho la ventaja. La manifiesta parcialidad de la mayoría de la prensa impresa y (alevosamente) la digital, no ayuda a dilucidar la cuestión.

El factor realmente determinante será el nivel de indecisos que se maneja en Comodoro Rivadavia, inmersa en una fuerte crisis social donde votantes asalariados de altos ingresos ven disminuida su calidad de vida por constantes cortes en los servicios de agua y luz; una inseguridad no menor; y escenas explícitas de corrupción, con escuchas judiciales incluidas, en el municipio. Ese voto puede ser “nostálgico” o “antipolítico”, eso no se sabrá hasta abrir las urnas.

En el espacio no peronista, se mantiene vigente la buena imagen de Mauricio Macri en la provincia y el PRO tiene lista propia liderada por Ricardo Irianni y Alejandra Nassif para la gobernación y vice. La alianza con el radicalismo estipula que los diputados nacionales de ambas listas provengan del PRO. Encabezan las listas Miguel Díaz Vélez, Beatriz Ríos y Eduardo Paverini. La Unión Cívica Radical propone candidatos para la senaduría: Mario Cimadevilla y Marta Rasso. Si bien Macri “mide bien”, es muy difícil que la UCR logre colar al tercer senador en un escenario de fuerte polarización donde la interna peronista se lo devora todo.

¿Le alcanzará al gobernador Martín Buzzi con el envión que seguramente recibirá del “empuje” del aparato del PJ en las intendencias grandes y el “efecto arrastre” del candidato presidencial Daniel Scioli? ¿O por el contrario le bastará al por ahora favorito ex gobernador Mario Das Neves con su potente apellido y el buen recuerdo de su gestión para contrarrestar al “aparato”? ¿Comodoro Rivadavia será un abismo electoral para Mario Das Neves o la crisis social cocina un voto bronca de los indecisos que puede dar una sorpresa? Algo es cierto: gane quién gane el efecto será tan contundente que clausurará la ya demasiado larga interna peronista y más de un dirigente pasará a retiro.


Fuentes:
Tribunal Electoral Provincial Chubut
Secretaria Electoral Nacional

lunes, 20 de julio de 2015

Balotaje porteño: balance general y lecciones para el FpV

Terminó la elección a Jefe de Gobierno porteño y se puede decir: ganó la continuidad, por un pelito. El PRO logró retener su único distrito, a un costo altísimo. Es que nadie jamás pudo imaginar la excelente performance de Martín Lousteau, quien duplicó su base de votos, absorbiendo prácticamente la totalidad del voto que fuera a Recalde en primera vuelta, dejandolo a escasos 3 puntos de ganar la elección.
Mauricio Macri pudo capitalizar esta victoria pírrica en pos de su candidatura presidencial con un discurso completamente destemplado donde habló de mantener lo estatizado pero "gestionando bien", confundiendo incluso a su propia militancia que abucheó desde abajo, por inercia, cuando dijo "YPF y Aerolineas seguirán estatales". Pareciera que Macri hace un giro brutal "al centro", bajando la dosis de "cambio" y subiendo la de "continuidad", seguramente aconsejado por Durán Barba. Trata de explicar que "no es el cuco" que derribará conquistas sociales, parodiando el discurso de Massa, con menos swing. Si de votar continuidades se trata, es probable que el votante se incline más por la versión original que por la copia, por lo que puede imaginarse a  Scioli con una sonrisa pícara en su rostro.
El análisis del voto porteño deja muchas cosas sobre la mesa. El PRO ganó merced a la instalación y fortaleza de su partido-marca (la "gestión", el "equipo") y sufrió mucho el contraste entre el carisma de Lousteau y el del modesto Larreta. ECO se hizo fuerte en el corredor oeste de la ciudad -antaño bastión de Ibarra y el progresismo en general- y en el sur, donde el FpV tiene mayor predicamento. Ello pone en duda la eficacia del aparato de Ritondo (¿O fue para atrás porqué no le dieron ninguna candidatura?) y mostró a las clases altas de Recoleta, Belgrano y Palermo como más fieles al color amarillo. 
Dos indicadores podrían haber dado vuelta la elección: el voto en blanco (5%) y el ausentismo (4% más que en la primera vuelta). El voto en blanco fue impulsado organicamente por la izquierda, mientras que el FpV dio "libertad de acción". Aquellos que critican a los primeros por "ser funcionales al triunfo del PRO" olvidan algo que bien recuerda Ezequiel Meler: "a quien no comparte tus objetivos, tus fines, no podés pedirle que te acompañe en los medios". En el caso del ausentismo es probable que haya perjudicado más a Larreta, que sus votantes se hayan recostado en el efecto "total, ya ganamos" y se hayan ido antes de vacaciones.
Es verdad que esta elección no dejaba de ser en el "plano nacional/presidencial" una interna de Cambiemos y que el 70% de la ciudad votó antikirchnerismo. Eso no significa que todo ese voto vaya a Macri presidente, toda vez que existe el voto cruzado (ejemplo: "continuidad total" voto Larreta-Scioli, eso ya existió en 2011 con Macri-Cristina, se votaron ambos oficialismos). También mucho voto de Lousteau se auto-percibe "antikirchnerismo de centroizquierda", heredero del voto a Pino Solanas por ejemplo, y puede terminar votando Stolbitzer o incluso a la izquierda testimonial.
Macri mostró debilidad ayer, ganando por un puñado de votos el único distrito que gobierna (recordemos: ya perdió sus apuestas en Santa Fe y Córdoba). Si comparamos el balotaje de 2007 donde PRO sacó 60,94% con los de 2011 (64,27%) y el magro 51,61% de ayer, esto queda más evidenciado. Perdió en nueve comunas y es posible que la hegemonía del PRO haya quedado "tocada".

Lecciones para el FpV
El FpV quedó por primera vez desde 2007 fuera del balotaje, lo que terminó favoreciendolo a nivel nacional al sumir a Cambiemos en un dilema, una encrucijada que le hizo daño. Sin embargo, si quiere ser realista y transformar esta "crisis" en "oportunidad" y ser alguna vez gobierno de la ciudad, son varios los datos a apuntar.
El primero es que esa interna abierta multitudinaria fue contraproducente, y ella fue posible solo por la pleitesía ideológica que el pensamiento nacional le rindió al progresismo al pagarle a personajes menores sus quince minutos de fama. Eso debilitó a Recalde y lo hizo arrancar "de muy atrás". 
Se dijo en estas páginas que Recalde debía: sumar un buen vice, apostar fuerte a un debate, explotar al máximo su perfil "honestista" al haber rechazado una coima, municipalizar su agenda y defender el flanco de su gestión en Aerolineas (negativamente percibida por el sentido común porteño). Logró un acierto discursivo al equiparar en el imaginario la gestión de Aerolíneas con la del Subte, que insumen ambos 3500 millones por año siendo uno inclusivo y de calidad y el otro no. Sin embargo el FpV de la ciudad debe municipalizarse y dejar de alimentar esa tensión Capital-Nación que solo lo desfavorece porque se sabe...las capitales siempre votan distinto que el distrito. 
Si como dicen  Gabriel Vommaro, Sergio Morresi y Alejandro Bellotti en su excelente libro "Mundo PRO" no se entiende su nacimiento y consolidación sin la implosión del radicalismo y el peronismo de la Ciudad en 2001, no puede dejar de leerse la "experiencia Lousteau" como un intento de renacimiento radical mezclado con voto "progresista". Que puede esfumarse en el tiempo, como la "experiencia Pino", solo el tiempo lo dirá. Lo real es que el radicalismo, que dejó de ser un partido nacional en 2001 y pasó de ser una liga de gobernadores a una liga de intendentes, tiene en este joven candidato la posibilidad de construir un líder nacional, si es que pasa a retiro a la vieja guardia.
Fue muy llamativo el poco voto en blanco del FpV en el balotaje. Exisitó en la previa  una llamativa agresividad en la interpretación de la táctica del voto en blanco o a Lousteau. Acusaciones de funcionalidad, de ser "el ala izquierda del PRO", "Kambiemos" y del otro lado la ridiculización del voto en blanco como la ayuda que necesitaba Larreta. Enseña la historia que la única forma de derrotar a un adversario abrumadoramente superior es partirlo. Hay que recordar la estrategia de Peron cuando realizó el pacto con Frondizi: aislar al sector duro del antiperonismo que representaba Balbin. Siempre aislar al adversario, nunca aislarse uno. Lousteau hizo su aporte y no se sabe que hubiera pasado si hubiera desbancado al PRO del gobierno. ¿Hubiera vuelto el radicalismo-PRO al radicalismo-ECO? ¿Qué hubiera pasado con toda esa gente PRO fuera de gobierno y desempleada-disponible? ¿Lousteau hubiera podido cubrir toda la estructura de gobierno con gente propia? ¿Hubiera sido sencilla la transición, hubiera sido una gestión inexperta o exitosa? Nunca lo sabremos.
El Frente para la Victoria debe consolidar su identidad peronista garantizando su piso electoral; abrirse al no peronismo desde un discurso municipal que se permita rasgos fuertes de autonomía de Nación desde lo discursivo y programático; y seducir al sector peronista-popular que se cobija en el PRO, para dividirlo. 
Cuenta con un activo: un candidato joven con proyección en el tiempo. También con un ejemplo: Scioli salió ni bien terminada la elección porteña en C5N y TN, hablando de garantizar la autonomía porteña y concretar el traspaso de la policía, lo que no es sino música para los oídos capitalinos. 

lunes, 6 de julio de 2015

Es hora de hacer un balance histórico adulto del menemismo

Esta semana el candidato presidencial por el Frente para la Victoria Daniel Scioli, acompañado por su vice Carlos “el Chino” Zannini, realizó un acto de campaña en La Rioja. Viajaron a apoyar en su carrera a gobernador al candidato del peronismo Sergio Casas, actual vicegobernador que pretende suceder a Luis Beder Herrera en las elecciones del domingo. Allí Scioli brindó un discurso, donde además de hacer una enfática defensa de las políticas oficiales en distintas áreas y comprometerse a invertir en infraestructura para esa provincia, dijo: "Ayer llamé para contarle que venía a La Rioja al hombre que me dio la oportunidad, creyó en mí para ingresar a la política. Luego nos enfrentamos en una contienda electoral, porque yo estaba convencido de que el camino de la Argentina era junto a Néstor Kirchner. Pero jamás dejé de respetar y tener cariño por Carlos Menem. Es de bien nacido ser agradecido". La crónica destaca que la audiencia del acto aplaudió sus palabras. 

Enseguida toda la progresía y PROfeligresía saltó emocionada: ”¡¿ven, ven que Scioli es recontraultramenemista?!”.

Madurar políticamente
El antimenemismo esconde antipolítica. Mucho dolor trajeron al pueblo argentino las políticas neoliberales implementadas durante los años noventa por el tándem PJ-UCR. Los peronistas vieron desvirtuada su doctrina y traicionadas sus históricas "tres banderas". Desocupación, pérdida de soberanía, dependencia económica, desindustralización, privatizaciones, impunidad, hambre. No por nada se la considera la segunda década infame. Pero la década infame existió en un contexto de fraude electoral, a Menem lo votaron las mayorías (el pueblo, los trabajadores, la clase obrera) a dos manos. Ganó elecciones limpias, por goleada. Es necesario repensar esa experiencia histórica, hacer una síntesis, un balance maduro, porque toda década lleva en sus entrañas vestigios de la anterior, y así ad infinitum. Nos hace daño como sociedad no poder tener la foto con todos los ex presidentes sentados en una mesa, o en un acto. Le hace mal a la democracia renegar del presidente anterior, refundar todo el tiempo.
No se explica a Menem sin la herencia de la dictadura y el contexto internacional en que le tocó gobernar. La dictadura no solo masacró a una generación de dirigentes políticos, sino que desbalanceó la ecuación de poder entre las corporaciones y la sociedad civil. Dejó las empresas estatales endeudadas, un estado impotente. Las corporaciones entraron muy fortalecidas a la década del ochenta y eventualmente le terminaron quebrando la muñeca a Alfonsín, ese gran perdedor de pulseadas heroicas. Menem no solo asumió en medio de la hiperinflación y los alzamientos carapintadas, sino también en plena caída del Muro de Berlín y total hegemonía norteamericana. Sin margen de autonomía. Hizo la más fácil, tiró la toalla y adoptó el programa económico del adversario histórico. Al hacer eso implosionó al peronismo, al traicionar sus banderas. Ni la dictadura tuvo el poder desmovilizador que tuvo la aridez de la antipolítica menemista, el cinismo y el escepticismo de la cosa pública. Sin embargo, al adoptar el programa del llamado “Partido Militar”, lo volvió intrascendente, le quitó su razón de ser. Eso lo volvió superfluo y la mezcla de pactos (Rico), represión (cárcel a Seineldín) y negocios (Balza, el contrabando de armas y la voladura de Río Tercero) le permitieron aprovechar la oportunidad que le dio el caso carrasco: reducir al ejército quitándole la tropa (conscriptos) y desfinanciarlo. Desafiló la espada de damócles que pendió sobre la democracia argentina setenta años.
¿Al costo tremendo de la impunidad a los genocidas, la corrupción generalizada? Sí. Pero consolidó el orden democrático. Sin hiperinflación y miseria no se entiende la convertibilidad. Sin ella no se entiende el fuerte respaldo electoral, democrático a Menem. Sin la “repartija” federal que hizo de los despojos del Estado nacional no se entiende el apoyo de los gobernadores (aprovechamos para darle otro golpe a la antipolítica: es lógico que un gobernador petrolero, que no puede frenar una privatización, busque beneficiarse de ella para tener autonomía financiera si le están pasando la salud y la educación. Lógica pura). 
Cuando un dirigente realiza la grandeza de la nación y la felicidad de su pueblo, este lo ama. Es popular. Cuando realiza políticas impopulares, debe pedir prestada popularidad a deportistas y artistas. El fin de los partidos de masas y el inicio de los partidos atrapa-todo más desideologizados; la tele y el alto conocimiento de un candidato como atributo electoral imprescindible, entre otras cosas, explican el ingreso a la política de candidatos como Reutemann, Palito Ortega y Scioli. 
Cuenta Pablo Ibañez en su libro Scioli Secreto que éste debuta en una interna en la novel ciudad autónoma derrotando a Miguel Angel Toma, candidato del duhaldismo y del “sistema” que era la rosca porteña de los vestigios del grossismo que salió eyectado entre escándalos de corrupción. Luego le ganó (salió segundo pero el Mingo tercero) a Cavallo. Fue diputado, participando de las comisiones de Pymes y presidiendo Turismo. Luego fue secretario de Turismo con Adolfo Rodriguez Saá y Duhalde, y cuando estaba por ser coronado candidato a jefe de gobierno porteño en 2003, fue de vice de Néstor Kirchner. 
En la elección presidencial Kirchner versus Menem. Repitamos: enfrentó electoralmente (la máxima muestra de traición para algunos, de “emancipación” política para otros) a Carlos Menem, en presidenciales.
Dice Martín Rodriguez en su fundamental Orden y Progresismo: “Menem en su simbiosis con el poder real, solidificó el poder de la democracia...tenía que venir alguien votado por el pueblo y ser capaz de algo que los civiles no habían podido: gobernar la economía. ¿Por qué Menem no puede tener su busto en la Casa Rosada? No podemos elegir cuando las mayorías fueron nobles y cuando no”.
El programa económico del Frente para la Victoria es la antítesis del menemismo. Cristina fustigó desde el Congreso, en soledad, las políticas de los noventa. Néstor Kirchner se plantó en el Congreso del PJ en su momento, la prensa de la época lo refleja y son pocos los que se empeñan en negarlo. José Natanson dice que vivimos en un posneoliberalismo....porque el neoliberalismo triunfó. Es verdad que el mercado de trabajo está atomizado, que los sindicatos y los partidos no son los mismos que hace treinta años. También es cierto que las AFJP no existen más, el FMI ya no nos condiciona los presupuestos nacionales, Aerolíneas e YPF son nacionales y tantas cosas más. 
Negar el menemismo, a Menem, como parte de nuestras conquistas democráticas no nos favorece. Destructor de la industria nacional, si; consolidador de la democracia, también. En la puja entre mercado y estado, estrechamente ligado a los contextos internacionales, Scioli expresa la síntesis de una sociedad y un peronismo que contiene varias capas geológicas en su haber democrático. Negar la pertenencia de Scioli y su aprendizaje dentro del kirchnerismo (a gobernar, a ganar espacios de autonomía para la política, a no ceder a presiones corporativas) desde aquel enfrentamiento electoral de 2003, pasando por la crisis de la 125 y la derrota de 2009 es tener una lectura de la sociedad y sus actores congelada en el tiempo. Niega recorridos, aprendizajes. Abona lógicas como pretender que Scioli vaya a La Rioja a insultar a Menem.
(publicado en Abcenlinea.com.ar)

El recorrido Scioli-Zannini por las provincias y su simbología política


La fórmula presidencial del Frente para la Victoria despliega una vertiginosa gira política por las provincias argentinas buscando respaldar a los candidatos a gobernador del peronismo y aumentar su propio nivel de visibilidad e intención de voto en el interior.
En ese marco, resulta llamativo el orden del cronograma. Sabido es que Scioli es "de apoyar en las buenas y en las malas", como se demostró con sus viajes a Río Negro por Pichetto, a Santa Fe por Perotti y su aparición en CABA apoyando a Mariano Recalde. Sucede que está comprobado que esos fracasos parciales no le afectan directamente en su imagen ni en su intención de voto. Misterios del blindaje Scioli. No obstante este gesto es muy valorado por los gobernadores, que apoyan en bloque a Scioli y seguramente pueblen su gabinete con sus segundas líneas fungiendo de cantera federal de funcionarios.
Lo cierto es que nada menos que el primer viaje de la flamante fórmula fue a la provincia de Córdoba, territorio hostil al kirchnerismo. No solo por su componente “campero” y el pasado desencuentro con la resolución 125, sino porque su gobernador De la Sota, de buena relación personal con Scioli, es además de furibundo antik, precandidato presidencial en las PASO del Frente Renovador. Es en ese marco, sabida la pésima relación y pica personal de Zannini-de origen cordobés- con De la Sota, que el primer viaje de campaña a Córdoba en apoyo del candidato a gobernador “k puro” Acastello no puede dejar de leerse como un guiño a Zannini y una mojada de oreja al “cordobesismo”.
El segundo viaje de la dupla kirchnerista fue a tierras riojanas a apoyar al candidato a gobernador peronista Sergio Casas, que disputa el cargo este domingo frente a una coalición hegemonizada por la UCR. Allí no solo habló Zannini, sino que Scioli ponderó las políticas sociales kirchneristas y la intervención del estado en el desarrollo de la economía. Algunos despistados incluso pretendían que Scioli fuera a insultar, en su propio pago chico que lo adora, a quien lo inició en la política: el ex presidente peronista Carlos Menem. Cosas de la antipolítica.
El jueves de esta semana la fórmula presidencial kirchnerista también realizó un viaje, en este caso a Santa Cruz. Allí, más allá de las actividades “formales” como la inauguración del Café Literario NK, lo cierto es que la fórmula presidencial brindó un fuerte apoyo en la cuna del kirchnerismo a la precandidatura a la gobernación de Alicia Kirchner, que fungió de anfitriona en un escenario donde le gobernador Peralta no estuvo (algo poco resaltado), y al debutante candidato a diputado nacional Máximo Kirchner.
Si bien es cierto que el cronograma electoral impone el recorrido (en qué provincias se vota primero), son destacables los guiños y señales que se desprenden de la gira. Fuertes respaldos a La Cámpora en el caso de actos junto a Recalde y Máximo; mojadas de oreja a quienes juegan por afuera como De la Sota con Massa y una buena dosis de realismo peronista en el caso riojano.

Así será la campaña, milimétricamente calculada en su diseño, orden de apariciones, discursos (no es menor que Zannini haga siempre uso de la palabra) y fotos. Donde la política tiene mucho de ritual y algunos ven esquizofrenia, existe en el fondo un profundo realismo político. 
(publicado en politicargentina.com)