La Plaza llena de la apertura de sesiones 2015 fue una demostración de muchas cosas. Por ello, más allá de la especulación sobre su número final de asistentes, a la que no nos sumaremos, nos interesa deglosar sus múltiples significados de cara a la etapa que se abre.
Contexto Internacional
Todos supimos (incluso la oposición) que la acusación de Nisman a la Presidenta y al Canciller era un bluff. Una opereta donde se entremezclaban intereses geopolíticos e internas del aparato de inteligencia. La trágica muerte de Nisman, si bien no nos corresponde especular si fue suicidio o asesinato, puede decirse que fue consecuencia política de esa denuncia descabellada. Que fue desmentida por Interpol, y donde no se verificaron los indicadores propuestos (importación de crudo iraní -imposible de refinar en el país- y nulo incremento del intercambio comercial con Irán).
Sin embargo, hoy vemos que simultáneamente se produce el asesinato de un opositor a Putin en Rusia, al que más allá de que se compruebe o no que lo haya mandando a matar el gobierno, se lo adjudicarán en la opinión pública. Y a Dilma le intentan un juicio político sobre la base de los casos de corrupción en Petrobras. O sea, no encanar a los funcionarios corruptos: destituirla a ella.
Digamos que la Embajada está activa, hay escenarios de desestabilización.
El 18F
La muerte de Nisman actuó como aglutinante de una oposición políticamente fragmentada. Por eso salieron a la palestra los fiscales como punta de lanza de la convocatoria del 18F. Un poder judicial que ya resistió su reforma en 2012/13, que se sabe en la mira de las reformas kirchneristas. Que fue provocado discursivamente con la amenaza de pago de ganancias y en los hechos con la reforma del código procesal penal, que le dio mayor poder a los fiscales y al Ministerio Público. Una famiglia judicial que no soporta una corriente interna de jueces y fiscales reformistas como Justicia Legítima, y cuyos lazos con el poder económico, militar, eclesiástico y mediático nunca fue ningún secreto. La reforma de la ex-SI fue el detonante de ese entramado, y el punto de largada de la estrategia que puso en papel Moralés Solá en el diario La Nación: fin de mandato con causas, imputaciones y procesamientos cada 15 días o un mes. Siempre fue así, esta vez será peor que nunca.
¿Pero quién capitaliza electoralmente la masiva marcha del 18F? La oposición no puede traducir toda esa potencia callejera, de opinión, en un liderazgo, en una única opción político-partidaria. Siempre llenaron la plaza los antiperonistas, en 1945 con la Marcha de la Constitución y la Libertad; en 1955 en la asunción de Lonardi. No es nuevo. Pero la desaparición del Partido Militar y la implosión del Partido Radical en una liga de intendentes complica sus perspectivas de éxito.
El Discurso de Cristina
Cristina, muy hábilmente, sitúa a Macri como contrincante principal. De este modo desinfla el falso peronismo de Massa y el falso progresismo de centroizquierda de UNEN. En su discurso, Cristina dio una clara señal hacia Randazzo con la estatización de los trenes. Hubo un guiño ahí. También con la frase "voy a volver acá a debatir". Va a ser candidata. A diputada nacional por Buenos Aires seguramente, ya que no se eligen senadores ni en Santa Cruz ni en Buenos Aires en 2015. Ello profundiza la táctica del reloj de arena que se viene escuchando (ancho arriba y abajo, delgado en el centro) que implica internas para presidente e intendentes pero lista única para legisladores nacionales. También agrega el factor fueros en un país donde casi todos los ex líderes políticos terminan presos o en el exilio. Un gladiador necesita espada, pero también escudo.
Sin embargo y a pesar de la visibilización del Partido Judicial como quien tendrá en sus manos la ofensiva contra el gobierno durante la campaña, ¿Cómo reaccionará el gobierno? Es claro que el kirchnerismo en su máximo poder (2012) no logró la reforma judicial. No logró crear un estado de opinión, no logró persuadir a las mayorías como sí lo hizo en la Ley de Medios. Tal vez la inflación, ganancias, la inseguridad, Once, el fantasma de la Re-re y todo lo que desembocó en Massa hiciera de ese no-debate una cuestión superestructural, ajena a los intereses de la gente del llano. Lo cierto es que lo que no se logró cuando la correlación de fuerzas era mejor, no sería sensato plantearlo en circunstancias peores. Quiero decir: se demostró que la justicia tiene un factor simbólico aglutinante de la oposición.
Néstor&Cristina le enseñaron a la clase política de este país cómo se gobierna, con coraje frente a los poderes concentrados, hasta el último día de mandato. Y a los peronistas, que no es imposible controlar el aparato hasta el fin del mandato. Es cierto que ello se debe a la mayoría en ambas cámaras y al presupuesto que controla la Rosada y que no controlan las provincias (más allá de que las políticas públicas reparadoras se derramen en ellas con gran intensidad). También es cierto que Néstor&Cristina se valieron de iniciativas políticas (leyes) para obligar a definirse ideológicamente a la oposición y así dividirla y fragmentarla.
Pero más allá de todo esto ¿Esta fue una plaza de la ofensiva? Lo distintivo de esta marcha no fue su número (hubo muchas así, también en Plaza Congreso) sino su sentido de la oportunidad: fin de mandato y luego de Nisman-18F. Fue una plaza del empate, del fin de la iniciativa ajena. Del empardemos y largamos, diría Jauretche. Por eso el peligro de entusiasmarse por demás con la energía colectiva, de sobredimensionarla en términos políticos, de engañarse en la correlación de fuerzas. Hay que estar más atentos y humildes que nunca, no subestimar al adversario.
Todo pinta que será Macri el candidato del antiperonismo y que las opciones intermedias perderán potencia electoral. Frente a él, tanto Randazzo como Scioli (que será conservador popular, pero no traicionó en 2008 y 2009 cuando nos tenía a su merced) se recortan nítidamente. La plaza llena demostró que no hay nadie que sintetice los intereses de los diversos integrantes del frente nacional como Cristina, lo que seguramente signifique que su liderazgo trascenderá a pesar de quién ocupe el ejecutivo, tal como sucedió con Lula en Brasil. Resta saber si Cristina podrá inventar un candidato de la nada, como hizo Lula con Dilma (y ella misma con Insaurralde), transfiriéndole conocimiento público e intención de voto, o deberá apelar a quién más sintetice las contradicciones del movimiento (sindicalismo, gobernadores, intendentes, organizaciones sociales, clase media con pensamiento nacional) después de ella, que no puede ser candidata.
Probablemente esa llave la tenga la evolución de la economía y la capacidad del Frente para la Victoria de recorrer la distancia que media entre un 33% hasta el 45% de los votos (o 40% + 1, con 10 puntos de ventaja sobre el segundo) y evite una segunda vuelta, donde pierde seguro. Deberá sumar a esa gente suelta, ese voto volátil, que suele votar kirchnerismo en las ejecutivas y antikirchnerismo en las legislativas. Sólo con ese plus continuará el proyecto. El peligro es creer que esa gente estaba en la plaza. No estuvo en ninguna de las dos. Sin ellos se gobierna, pero no se ganan elecciones. Estamos empatados, bancamos su ofensiva. Si se abre una etapa expansiva no será ni con núcleo duro, ni con aparato. Será con política.
pierde seguro segunda vuelta? me parece temeraria la afirmacion, como hay mucho anto k, hay muchisimos que antes de votar a Macri se cortan las dos manos... creo.
ResponderEliminarHola Riki, gracias por comentar! Todas las encuestas indican que sí, que si vamos a segunda vuelta cobramos (lo dice incluso artemio lópez, que le sobra voluntad pero no confunde sus deseos con la realidad). Hay un núcleo duro de antikirchnerismo muy sólido, que en la segunda vuelta está más cerca de sumar a los independientes que nosotros. Y también creo que tenemos una visión congelada en el tiempo de Macri. El tipo evolucionó, consolidó una estructura, tiene una gestión exitosa que mostrar (si, en el distrito más rico, con deuda y todo lo que vos y yo sabemos, pero "la gente" no se fija en los detalles). Ha ganado en timming, logra acuerdos con radicales y peronistas. Todo muestra que su imagen negativa ha bajado, son muchos menos hoy que en 2003 o 2007 los que dicen "ni en pedo te voto a Macri". Si les saca las cosquillas a los radicales, va a ser un partido chivo. Abrazo
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