Hace un tiempo vimos acá una entrevista al Flaco Randazzo, precandidato presidencial por el FPV y tal vez el candidato "no puro" que más le cierra a la militancia, donde mete un párrafo sobre La Cámpora que nos dejó pensando. Dice el Flaco:
"La han demonizado y creo que ahí ellos han cometido un error político. Han dejado que se los demonice. En el misterio no se han dado cuenta que la política en Argentina necesita mucho de cara al sol. Me parece que eso es un error que hay que repararlo".
Creo que el Flaco tiene razón. Y eso habla de una táctica política que baja desde Máximo, de no hacer política a través de los medios. Lo dice muy claramente en el libro Fuerza Propia, no salir a responder bajezas, no entrar en el "palo por palo". También hay algo de misterio ricotero. Perón tenía una frase que decía: "Si Dios bajara todos los días del cielo, ya se le habría perdido el respeto, y no faltaría un tonto que quisiera reemplazar a Dios."
Es elogiable la lógica de militancia real que reza: construyamos en los barrios, en las universidades y secundarios, el resto es humo. La línea de que a la agrupación la conocen los vecinos por sus actividades, no por lo medios. Que la demonización se cae con el mejoramiento de una plaza, la pintada de una escuela, las ventas de productos de la canasta básica al costo, etc. donde los vecinos ven "que son buenos muchachos".
Pero hay desventajas y limitaciones en esto. Los medios tienen mucho alcance, más que la práctica militante, por que no todo vecino que ve lo que se dice de la agrupación en la tele, la radio o el diario, tiene a un militante de carne y hueso a la vuelta de la esquina para hacer "la comprobación".
Es muy meritorio no entrar en el juego bobo de la videopolítica, donde los "dirigentes" se la pasan en los estudios de tv para tener buena imagen e intención de voto, pero no construyen estructura territorial que les garantice gobernanza (fiscales en las elecciones, candidatos y equipos en todas las ciudades). Donde se hacen papelones como ir al pie de Tinelli, banalizando todo, mostrándose como "un tipo común" sin ideología, que quiere "hacer cosas por la gente" sin crispación, con consenso y todo el verso.
Pero también hay que pensar que si Yrigoyen se recorrió todo el país a caballo, hablando uno a uno con los dirigentes de cada pueblo y juramentando lealtades que luego se mantenían más por la fe que por una comunicación periódica, Perón usó la radio y llegó a todos a la vez. Quiero decir que si no hay que rendirse a la lógica de los medios, tampoco puede negarse la época, jugando a los modernos en la posmodernidad.
Porque a lo que apunta el Flaco para mí, es que no poniéndole un "rostro humano" a la agrupación, se colabora con el abstracto. Rostros humanos, que debatan, que den la discusión. Porque son cuadros y la pueden ganar. Esto de no ir a TN es una pelotudez. Pero bueno, de última hay otros espacios. Pero si vamos a no ir, o solo ir a 678 o Canal 7 o con Navarro en C5N estamos al horno. Porque nos achanchamos. Porque estamos acostrumbrándonos a no dar la discusión o darla con quienes nos tratan con guantes de seda. Y eso no sirve. Por que nos pasa lo de las pecheras, donde el Cuervo tenía razón en que es legítimo mostrar la pertenencia partidaria de los que ponían en lomo y juntaban las donaciones, pero lo jefeó a Juan Micceli. No sé si estaba sin dormir como cuando Lula fue a su primer debate, pero se enojó y la perdió.
Se me vienen enseguida dos cuadros que debaten muy bien: Paula Penacca y Franco Vitali. No pierden la calma, no levantan temperatura, son un rostro amable, racional. Hoy resulta que los compañeros que se ven en programas "neutros" como Intratables, Maxi Montenegro, Minuto1, etc. son todos economistas de la Gran Makro. Muy loco ¿no?
Tenemos que volver a dar el debate. Debatir la justicia social Con Facundo Moyano y porque lo correcto es estar con Cristina y no con Moyano. Debatir la política de no represión con los troskistas trasnochados. Debatir soberanía económica con los niños neoliberales. Debatir la política de vivienda con los pibes de Un Techo. Debatir la política de reindustrialización y baja del desempleo con los pibes de Greenpeace.
Porque siempre apostamos a la formación de cuadros integrales. Que supieran pintar una pared y volantear una esquina. Que supieran organizar una actividad. Pero también que se formaran en revisionismo historico, en pensamiento nacional, en geopolítica, en economía.
Que sepan escribir un volante, un documento interno, la editorial del programa de radio, pararse al frente, agarrar el micrófono y abrir la actividad.
En los setenta se pedía saber manejar fierros. Cuestiones de seguridad.
Hoy se volvió a pelear avales. A discutir alianzas, a cerrar listas. El aprendizaje partidario, junto al aprendizaje en la gestión estatal por parte de los cuadros medios es uno de los grandes capitales políticos a largo plazo de los militantes de La Cámpora en particular y Unidos y Organizados en general. Falta sumar a eso, la capacidad de dar vuelta una asamblea. De persuadir jugando de visitante. De ser torazo en el rodeo ajeno.
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