Bipartidismo y Transversalidad
Este bendito país tiene dos partidos nacionales: el PJ y la UCR. Después hubo, hay y habrá muchos partidos provinciales (el Movimiento Popular Neuquino, el PRO, el Partido Nuevo de Luis Juez, Nuevo Encuentro, por ejemplo). Sin embargo, ese sistema bipartidista con un tercer partido como satélite (PI en los 80, Frepaso en los 90), que en su momento fue bueno, explotó en 2001 gracias el Pacto de Olivos y la Convertibilidad, que implicaron una indiferenciación de programas donde era todo "la misma mierda".
El radicalismo post 2001 estuvo al borde de la extinción. Si ello no sucedió fue porque se "replegó" en gobernaciones provinciales (Cobos en Mendoza 2003-2007, Angel Rozas en Chaco, etc.) y muchos gobiernos municipales. Al punto que, luego de perder gobiernos provinciales importantes en 2007, la UCR pasó casi a ser una "liga de intendentes". Y tropa legislativa en el Congreso, pero que no maneja "estructura".
Por otro lado, si el PJ sobrevivió gracias al liderazgo de Néstor (que lo oxigenó y renovó parte de su cúpula dirigente y arrimó nuevas camadas juveniles), no es menos cierto que la época de los partidos de masas murió con la modernidad (a nosotros nos gusta fecha 1973 con crisis del petróleo). Por eso cuándo en 2003 o 2007 los noteros de CQC andaban a la busca de las plataformas electorales o los programas de gobierno de los candidatos, quedaban como unos boludos. Hoy, en plena posmodernidad, rige la "videopolítica", donde la "imagen" de un candidato y la intención de voto son el elemento central. Y las encuestas de opinión la herramientas principales. Las "horas vuelo" en los sets televisivos son fundamentales en este esquema, porque lo hacen conocido al candidato, su cara. Lo instalan. De ahí viene la bronca con las mal llamadas "listas sábana" o la frustración cuando al que se vota renuncia y entra el que le sigue, o el suplente, "si yo voté a fulano". Se tiende a votar personas, no partidos.
Ahora bien, nada es absoluto en esta vida, y a los cientistas sociales les gusta hablar de "rupturas y continuidades" en los procesos sociales, de "síntesis históricas", etc. Si bien hubo dirigentes que surfearon la ola de la videopolítica notablemente (Chacho Alvarez en los 90, Lilita Carrió en los 2000), el límite de esta forma de hacer política se reveló más temprano que tarde. Porque la estructuras partidarias (los militantes) garantizan territorialidad. Que no es solo la pegatina de afiches, el reparto de volantes y las pintadas de paredes en los barrios. Son los fiscales en las escuelas en la elección. Porque sino, te desaparece la boleta. Este mundo es así.
Entonces, recapitulando: ¿Cuál fue el único "activo" que le quedó a la UCR? Justamente esa estructura nacional, esa liga de intendentes, esos grupitos de militantes en todos y cada uno de los pueblos del país. ¿Qué le falta? Un líder.
Y ahí es donde entran Macri y Massa. Ambos líderes carismáticos, entradores. Sin estructuras nacionales. Sin llegada a las provincias. Hasta hace poco pensar en un catamarqueño votando por Macri movía a risa, por lo inverosímil. Pero el ensayo en Marcos Juárez Córdoba, donde se dio por abajo una alianza entre la UCR y PRO (con el apoyo tácito de Cristina que dividió al peronismo), fue exitoso y abrió a la tropa radical una perspectiva exitosa de "jugar por abajo" (candidato a Intendente radical, a Goberador radical, a Presidente Macri). Lo que se conoce como "alianzas multinivel". Los grandes perdedores en este esquema son los presidenciables de FAUNEN (Binner, Carrió, y Cobos. En ese orden).
¿Por qué sucede esto? Por que al historico clivaje argentino civilización/barbarie, antiperonismo/peronismo hoy se sobreimprime antikirchnerismo/kirchnerismo. Por ejemplo, Macri crece y cosecha en el antiperonismo y en ese sentido su alianza con los radicales es "natural". Y sin embargo en la Ciudad, tiene su pata peronista-menemista (Santilli, Ritondo). Massa por su parte, apostaba a una "rebelión en la granja" del PJ. Vía "liga de intendentes" nacional o cooptando algunos gobernadores peronistas. Pero resulta que los gobernadores peronistas (Gioja, Alperovich, Urtubey, Capitanich, Insfrán, Fellner, etc) están jugados por Scioli, sin fisuras.
¿Entonces? Entonces se avanza sobre el radicalismo. La foto en menos de 10 días con Morales (Jujuy) y Cano (Tucumán) es un mensaje de Massa a los gobernadores peronistas: "vayansé a la puta que los parió, los voy a destronar a ustedes también".
Porque Massa tiene su pata radical en su armado bonaerense, no es algo nuevo para él. El diputado Adrián Pérez (ex "lilito" estrella) y Gustavo Posse (intendente de San Isidro, gordi) son alfiles en ese juego y a ello hay que sumar un número no menor de intendentes de pueblos rurales del interior bonaerense, donde siempre mandaron los radicales, como Coronel Pringles por ejemplo.
¿Qué escenario puede imaginarse?
Los grandes perdedores de esta realidad inexorable son Binner, Carrio y Cobos porque tienen para aportarle al radicalismo tan solo "caras bonitas", y las de Massa/Macri miden más. Cobos, a pesar de ser radical, es detestado al interior de su partido por las reiteradas traiciones.
Fotos como la de la Carrió con Michetti son para la gilada. ¿Qué le puede aportar Lilita a Macri? No tiene estructura nacional y de hecho "comparten electorado" en la Ciudad. La nada misma. Solo los une su antiperonismo.
Acá hay un jugador clave que se llama Ernesto Sanz, presidente del Partido Radical y "dueño" relativo de la estructura (relativo porque las dinámicas locales a veces traccionan demasiado y nadie tiene el control remoto de la tropa), lo que lo vuelve "hermoso, alto y de ojos celestes" para todos. Si Sanz y Cobos van a internas de UCR para luego jugar con el radicalismo unido y con un solo candidato en internas de FAUNEN (u otras), nosotros creemos que la estructura apoyará a Sanz. Y Cobos deberá marchar hacia la gobernación de Mendoza (que gana cómodo).
Así las cosas resta ver si a Massa o Macri les cierra Sanz de vice. Macri ha desarrollado hasta ahora dos estrategias. Una es la de su asesor estrella Durán Barba, que es meter famosos apartidarios y ajenos a la política de candidatos, tal como McAllister en la Pampa; Baldassi en Córdoba; Del Sel en Santa Fe; y lo último: el Jardinero Cruz en Lomas de Zamora y Ramón Ángel Díaz para Gobernador de La Rioja. La otra es la de Emilio Monzó, que apunta justamente a radicales como Aguad y lo que se vió en Marcos Juárez. Hay que ver que "línea" se impone, por que la primera es más frágil, pero le deja las manos bien libres (sin acuerdos que lo aten) a Macri.
A Massa, por su parte, habrá que ver si le interesa negociar con Sanz, lo que implicaría no solo endurecer su perfil hacia un antikirchnerismo/antiperonismo más nítido (teniendo a Scioli con el peronismo unido aunque sin ganas enfrente), sino también repartir cuotas de poder que toda alianza conlleva. ¿Será el mensaje de Massa a los gobernadores peronistas ("también los voy a destronar a ustedes") implícitamente también para la Conducción Nacional del Radicalismo?
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