Ya nos referimos en otros posts a la necesidad en esta "nueva etapa" para la Campora de:
- Que sus dirigentes de primera línea salgan a debatir en los medios no oficialistas, para no achancharse y poder ganar discusiones jugando de visitante, acá.
- Encarar tácticas de acuerdo a escenarios particulares que le permitan empezar a ganar de una vez centros de estudiantes en las universidades y secundarios, acá.
- Diseñar una estrategia de mediano plazo que les permita en el plazo entre dos y cuatros años ganar masivamente intendencias y, tal vez, alguna gobernación. Acá.
Basta de vivir del dedo de Cristina. Si esta generación de dirigentes y militantes va a trascender como se merece, como no lo logró la generación juvenil de los setenta debido a la matanza que hubo en este país, tiene que pensar a futuro que la única forma de ganar respeto en política es ganando elecciones.
Con votos propios, que certifiquen que se representa a la gente. No que se es la tropa leal de otro que sí representa a la gente. Entorno digamos.
Ahora, este país es gigante y federal y La Cámpora tiene la particularidad de que su núcleo duro dirigencial, su "militancia más vieja", desplegó un desarrollo territorial muy fuerte en Capital Federal (80 básicas) y el Conurbano Bonaerense. En las provincias la estrategia fue mixta, sumando cuadros medios con alguna historia y formación previa, y desplegando tenue tropa propia desde cero, aprovechando el envión místico de la muerte de Néstor. Siempre con la línea rectora de la "autonomía" de los dirigentes locales, la línea directa y lealtad única a Nación. Que a veces se confunde con la capital federal.
Ahora, este país es gigante y federal y La Cámpora tiene la particularidad de que su núcleo duro dirigencial, su "militancia más vieja", desplegó un desarrollo territorial muy fuerte en Capital Federal (80 básicas) y el Conurbano Bonaerense. En las provincias la estrategia fue mixta, sumando cuadros medios con alguna historia y formación previa, y desplegando tenue tropa propia desde cero, aprovechando el envión místico de la muerte de Néstor. Siempre con la línea rectora de la "autonomía" de los dirigentes locales, la línea directa y lealtad única a Nación. Que a veces se confunde con la capital federal.
Ahora, las listas se definen en los distritos electorales que, en este país federal, son las provincias. Ello hizo que en líneas generales, no se juegue. Salvo alguna diputada por la pampa y otras excepciones, que solo confirman la regla. Del gancho desde arriba.
En la próxima etapa, en la que se integre un "gobierno de coalición" con Scioli o directamente la oposición a Macri/Massa (de lo que hablamos acá y acá), vemos una contradicción insalvable: o se relaja la libertad táctica o se generarán fracturas. Porque el hecho de no contar más con los recursos nacionales para desplegar política ("los fierros", tan mal traducidos en potencia electoral, de lo que hablamos acá) llevará a un inevitable "desinflamiento" de la militancia. Si es un sueño de los neoliberales que la Cámpora vaya a desaparecer del mapa en el llano (como tal vez sí le suceda a Kolina), no menos cierto es que Argentinos Juniors con sus 40 mil compañeros es el punto más alto de una curva que indefectiblemente tenderá a descender. De cuánto descienda o no dependerá de la capacidad efectiva de empezar a ganar elecciones, ya sean de centros de estudiantes, concejales o intendencias.
Pero para ello, si bien la estrategia puede ser una en el nivel nacional, la táctica tiene que ser indefectiblemente provincial. De cómo se administren esas tensiones resultará la posibilidad de ganar intendencias propias, dando aire y "libertad de agenda" a candidatos locales con discursos locales. O integrar gobiernos de coalición donde la fuerza no resulte suficiente para ganar pero una alianza sea funcional a una acumulación en la correlación de fuerzas (¿sería posible? Hoy es un acto de imaginación por no decir de ciencia ficción política) y no se vete desde la Capital Federal. Porque lo que sigue a un veto, cuando se cree firmemente que la táctica es correcta, muchas veces es la ruptura. O la cooptación sistemática de dirigentes desde las estructuras locales.
Entonces ¿Cómo emular a la JP de las Regionales? ¿Cómo mantener firme una orgánica nacional, una conducción nacional, una mística nacional y tener suficiente cintura para permitir tácticas locales sin vetos unitarios?
Ese es el desafío que se viene.
Actualización
Nos venimos a enterar que la edición de "El Estadista" que está en la calle dedica título de tapa a este tema ("La Cámpora y su futuro"). Allí escriben sobre e tema Martín Rodríguez (Pato o @tintalimon), Maria Esperanza Casullo (o @mecasullo) y un tal Sebastían Iñurrieta.
Dejamos el link de la nota de Pato y dos caramelitos:
- "La Cámpora es un fenómeno social de participación, no de representación"
- "Muchos kirchneristas viven su ficción capitalina"
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